Antonio Martínez Rodríguez
Senador por el PSOE de Almería
⏩⏩⏩ La reinterpretación de la
historia que ha hecho el Partido Popular durante estos días sobre el Cable
Inglés, su protección y las inversiones llevadas a cabo para su restauración,
es un ejercicio de cinismo político a la altura de otros relatos hilarantes
manejados por los populares, como el extraordinario caso de las tortugas que
pararon el AVE o el de las cabras que tiraban piedras a la carretera de El
Cañarete hasta inutilizarla.
Unos meses antes de que la Junta
de Andalucía declarara el Cable Inglés como Bien de Interés Cultural (BIC) en
1998, el Partido Popular calificaba en el Parlamento andaluz al antiguo
cargadero de mineral como un “amasijo de hierros oxidados” (…) un bodrio de
hierro, que rompe además toda la vista al mar”.
En 2010 la Junta de Andalucía y el Ministerio de Fomento llevaron a cabo la primera fase de las obras de restauración del Cable Inglés
Aquella desafortunada sentencia
no evitó, sin embargo, que las administraciones gobernadas por los socialistas
insistieran en su recuperación. De hecho, en 2010 la Junta de Andalucía y el
Ministerio de Fomento llevaron a cabo la primera fase de las obras de
restauración del Cable Inglés, que contaron con un presupuesto de 2,7 millones
de euros y cuya inversión compartieron al 50%. Por entonces, tanto el Gobierno
andaluz como el de España estaban presididos por un socialista.
Unos años antes, José María
Aznar, que ostentó la Presidencia del Gobierno de España hasta 2004, no tuvo ni
las ganas ni el empeño de recuperar para los almerienses este elemento tan
singular para la ciudad de Almería. Por entonces, el alcalde de Almería era
Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, también del Partido Popular, y no se le
recuerda ni aquí ni en Vladivostok reclamación alguna en este sentido al
entonces presidente del Gobierno.
A pesar del interés de la sociedad almeriense por recuperar el Cable Inglés, el Gobierno de Rajoy (2011-2018) también miró para otro lado durante muchos años
A pesar del interés de la
sociedad almeriense por recuperar el Cable Inglés, el Gobierno de Rajoy
(2011-2018) también miró para otro lado durante muchos años. Solo la
insistencia de otra socialista, Carmen Ortiz, al frente de la Autoridad
Portuaria en ese momento, que trasladó en 2017 al Ministerio de Fomento la
necesidad de que se apoyara su restauración a través del conocido como 1,5%
cultural, volvió a cambiar el signo de la historia de nuestro más emblemático
ejemplo de patrimonio industrial.
A las puertas de la Navidad de
2018, los ministros socialistas de Fomento y de Cultura, José Luis Ábalos y
Pepe Guirao, respectivamente, daban el visto bueno a la asignación de 2,2
millones de euros a la Autoridad Portuaria de Almería para la ejecución del
proyecto de restauración del Cable Inglés.
Hace unos días, el alcalde de
Almería y el presidente de la Autoridad Portuaria, ambos del Partido Popular,
visitaban las obras que se están ejecutando desde hace varios meses gracias a
la inversión aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Ni uno ni otro, ni Fernández
Pacheco ni Caicedo, ‘cayeron’ en invitar a esta visita a algún representante
del Gobierno central, como por ejemplo al subdelegado del Gobierno en Almería,
que es quien ejerce esas funciones en nuestra provincia, demostrando con esa
decisión una enorme deslealtad con la administración que está haciendo posible
unos trabajos que permitirán a los almerienses disfrutar del cargadero y de
unas impresionantes vistas de la ciudad.
Una concejala del Ayuntamiento de
Almería decía recientemente que la restauración del Cable Inglés está siendo
posible gracias a la cooperación entre las administraciones y ponía como
ejemplo al nuevo gobierno de la Junta, del que conviene aclarar que no ha
puesto ni un solo euro en estas obras. Ni la Junta ni el Ayuntamiento de la
capital, conviene puntualizar. Apuntada queda la convidada.
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