Carlos Miralles
Periodista
Hay que frotarse los ojos dos veces. Sí. El Almería ganó de
milagro al Rayo Vallecano y se coloca a solo un punto del ascenso directo. En
una jornada de batacazos de todos los rivales de la zona alta, la única luz
verde la puso el conjunto de Mario Silva, no sin antes pasar por su habitual
tramo de nervios. El nuevo fútbol después del confinamiento no lo entiende
nadie, ni los propios profesionales, porque de un duelo con tintes de goleada,
se pasó de golpe a una nueva película de terror, esta vez con un final feliz.
El Rayo fue valiente, quizá en exceso, y facilitó mucho la labor del Almería en
las transiciones. Fue José Carlos Lazo quien abrió el luminoso a los ocho
minutos con un disparo de falta que tras tocar en la barrera hace imposible la
estirada de Dimitrievski. Se vinieron arriba los rojiblancos, que en el 20’
ampliaron las distancias. Darwin Núñez disputa un balón con Esteban Saveljich
dentro del área, se queda botando, y cuando todos esperaban un centro al punto
de penalti, el uruguayo se sacó de la chistera un derechazo de otro nivel para
superar al meta visitante. Este delantero llegará lejos si mantiene la línea de
trabajo.
Camino de la media hora seguía muy cómodo el Almería. Valentín Vada
dio otro pase de oro a Juan Muñoz para el 3-0. No había fisuras ante uno de los
rivales del momento, el Rayo Vallecano. Por si fuera poco, en el inicio del
segundo tiempo Darwin Núñez llegó a marcar el cuarto, pero el VAR anuló la
acción por fuera de juego. Fue el punto y final de un partido y el inicio de
otro.
El Rayo dio un pasito al frente con Juan Villar en el minuto 51, para
seis más tarde meter definitivamente el miedo en el cuerpo al conjunto
almeriense. Mismo autor. A partir del minuto 57 el Rayo se hizo dueño y señor
del balón, de las oportunidades, y perdonó ante Antonio Sivera, que había
entrado en la primera mitad por Fernando Martínez, lesionado. El Almería se
mostró inestable porque podía perder un duelo sentenciado. Sufrimiento extremo
para seguir vivos en la lucha por el ascenso directo. Y es que los rivales que
luchan por la segunda plaza están en una espiral que no tiene lógica,
desperdiciando todos ellos infinidad de oportunidades de certificar el paso a
Primera División.
Del disfrute al pánico y del pánico a la felicidad. De ver al
Huesca a kilómetros a presionarlo con solo un punto de desventaja. La ansiedad
bloqueó completamente al equipo frente al Rayo Vallecano, aunque supo sacar
adelante un difícil compromiso. Quedan dos finales en las que ya da igual si el
juego es vistoso o rácano. Aquí solo vale vencer incluso colgados del larguero.
Ponferradina y Málaga en el camino del Almería en las dos jornadas
que restan para el final del campeonato. Los rojiblancos han recuperado la
tercera posición y están a solo un punto del Huesca (64), que recibirá al
Numancia y visitará al Sporting de Gijón. El Zaragoza (62) visita la Albacete y
recibe a la Ponferradina; mientras que el Girona (60) se medirá al Cádiz en
Montilivi y visitará al Alcorcón. Cuatro a por el ascenso.
Almería: Fernando Martínez (Antonio Sivera, min.29), Juan Ibiza,
Nikola Maraš, Iván Martos, José Romera, Valentín Vada (Petrovic, min.57), César
de La Hoz, José Carlos Lazo, Appiah (Fran Villalba, min.66), Darwin Núñez y
Juan Muñoz (Francis Guerrero, min.66).
Rayo Vallecano: Dimitrievski, Saveljich
(Comesaña, min.46), Catena, Saúl, Advíncula (Tito, min.46), Trejo, Mario Suárez
(Joni Montiel, min.46), Álvaro García, De Frutos (Andrés, min.91), Juan Villar
y Yacine Qasmi.
Goles: José Carlos Lazo (1-0, min. 9), Darwin Núñez (2-0, min.
20), Juan Muñoz (3-0, min. 30), Juan Villar (3-1, min. 51) y Juan Villar (3-2,
min. 57).
Árbitro: Ávalos Barrera, del Comité de Catalunya, amonestó a
Advíncula, Mario Suárez y José Romera.
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