Juan Carlos
Pérez Navas
⏩ Vivimos días de preocupación, por los nuevos rebrotes que se están
produciendo en varios puntos del país, pero muy especialmente por el triste
liderazgo en contagios que está registrando Andalucía y la falta de respuesta
del Gobierno andaluz. También en esto, al igual que en otras muchas cosas, el
Ejecutivo de PP y Cs parece huido de la realidad y de las necesidades y
preocupaciones de los andaluces.
El presidente Moreno Bonilla, al que todos miran, sigue sin
ofrecer respuestas: sin ordenar el refuerzo del sistema sanitario andaluz, sin
aportar medidas convincentes para la vuelta al colegio de los niños andaluces, sin
responder a las incertidumbres de la población andaluza y sin ofrecer propuestas
para la recuperación económica y laboral.
En su visita de esta semana a nuestra provincia, el presidente andaluz se ha permitido venir con las manos vacías
En su visita de esta semana a nuestra provincia, el presidente
andaluz se ha permitido venir con las manos vacías, con un grado de
incumplimiento de sus promesas para nuestra provincia escandaloso y, eso sí,
con la cartera llena de recortes, como los provocados a los ayuntamientos con
el plan AIRE para el fomento del empleo –que nos resta seis millones de euros
después de un año en blanco como el 2019– o con la aberrante campaña de
desprestigio de la provincia, de su costa y del Parque Natural de Cabo de
Gata-Níjar que ha supuesto la autorización en Genoveses del un hotel de lujo, que
se está intentando aprobar por la puerta de atrás.
Después de año y medio en el gobierno, Moreno Bonilla ya no puede
seguir viviendo de las rentas y los incumplimientos con la provincia de
Almería, que se le acumulan, sólo se pueden explicar por su debilidad, su caos
en el gobierno y su falta de iniciativa y de credibilidad. Así sucede con la
paralización del proyecto del Conservatorio de la capital, la marcha atrás en
el Edificio de Especialidades de Torrecárdenas, el Hospital para Roquetas de
Mar, la conexión de la autovía con Almería, la paralización de ayudas para
agricultores y ganaderos y la falta de proyectos para construir nuevos centros educativos
y de salud, ya que sólo se están continuando los que dejó iniciados el anterior
gobierno socialista.
Hasta ahora, vivir de las rentas que le proporcionaba la gestión
del anterior gobierno socialista había sido el único plan de Moreno Bonilla, pero
ya se ha agotado, dejando paso a su manifiesta incompetencia y su falta de
cumplimiento con Almería, que constituyen su peor tarjeta de presentación. A
estas alturas, ya todo el mundo tiene calado al presidente andaluz, con su
autopropaganda y su tendencia a gobernar sólo para los suyos, como está
demostrando con el decretazo de simplificación administrativa en materia
urbanística o el desdén con el que está tratando a la sanidad y la educación
públicas, para debilitarlas y que su sitio lo ocupe el sector privado.
Los almerienses merecíamos trabajo, rigor y dedicación por parte
del nuevo gobierno andaluz, y no que se durmiera en los laureles ante los
problemas que nos afectan y que se han agudizado después de los meses de crisis
que hemos vivido. Sin embargo, lo que nos hemos encontrado es a un presidente
cada vez más débil, temeroso y dependiente de Vox, que no ha movido ni un dedo
para reforzar la sanidad pública este verano, ante el riesgo de rebrotes, ni
para dar seguridad en los centros educativos a la vuelta de septiembre. De lo
otro, de las innumerables promesas que PP y Cs le hicieron a los sectores
estratégicos de Almería, lamentablemente tampoco hay rastro. En definitiva, un
año y medio después de la llegada del gobierno que se decía “del cambio”, el
único cambio que ha habido ha sido claramente a peor, por culpa de un gobierno
incumplidor, sin ambición y dormido.
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