Antonio Torres
Periodista
⏩El que fuera portero del Espanyol y Málaga Carlos
Kameni denunció que el pasado martes su hijo sufrió una agresión verbal de
tintes racistas por parte de un compañero, también en edad escolar. De ahí que
encendiera la alerta roja para subrayar que la mala educación viene de los
padres, antes que del colegio. “Si un niño de 10 años tiene esa agresividad de
decirle a su amigo negro de mierda es porque en casa existe esa agresividad. Lo
malo es que lo llevo viviendo a lo largo de mi carrera y sufrido bastantes insultos
racistas”.
Foro Municipal por la Paz y los Derechos Humanos |
Kameni, un tipo tranquilo,
de 36 años, con inmaculada camisa blanca, relató sus peores experiencias
futboleras. Precisamente esas que no tienen que ver con el deporte. Los
insultos racistas, que tantos ha vivido en su carrera deportiva, ya no tienen
capacidad de sacarlo de sus casillas. Solo le entristecen. Le entristece
la falta de educación y respeto, que deben ser cultivada desde la cuna de casa.
La valentía en aplicar medidas disciplinarias y punitivas para aquellos que
hagan semejante afrenta contra la dignidad humana deben ser, según el
guardameta, la vía para la reeducación.
Tal vez el ser humano no entienda el
respeto si no es mediante una grave multa, como las de tráfico por no llevar el
cinturón de seguridad, pusieron como ejemplo el director de Marca, Juan Ignacio
Gallardo, y el responsable de Deportes de la Agencia Efe, Luis Villarejo, al que
tuve el privilegio de moderar.
Kameni: “Los insultos más graves los he sufrido, aunque parezca increíble, de un grupo de ultras de mi propio club, el Espanyol, y solo he tenido consuelo de árbitros y adversarios cuando el partido ha acabado”
Kameni pidió a los asistentes que fuéramos
activos denunciando cualquier situación que se produzca. Los no racistas
tienden a ser espectadores, dijo el psicólogo y exjugador de la NBA John
Amaechi, desde la BBC. No dirán ni harán nada. En cambio, un antirracista
hablará y denunciará. En esa línea, Kameni pidió a los árbitros que se atrevan
a parar los partidos: “Los insultos más graves los he sufrido, aunque parezca
increíble, de un grupo de ultras de mi propio club, el Espanyol, y solo he
tenido consuelo de árbitros y adversarios cuando el partido ha acabado”.
Los expedientes a clubes de
fútbol por apoyar a sus grupos ultras de hinchas se comenzaron a abrir tras la
Ley de Zapatero frente al racismo y la xenofobia. La LFP viene trabajando,
incluida la UD Almería y sus categorías inferiores, para acabar con esa lacra. Parar un partido e identificar al ultra que profiere violencia verbal
debe ser tarea del videoarbitraje (VAR). ¿Perdemos cinco minutos en una jugada
intrascendente y no somos capaces de parar para identificar a un ultra?, se
preguntó Kameni en diálogo con Ángel Roldán.
La voz templada del popular
portero camerunés, llena de emoción y sentimiento, conmovió al auditorio que
agradeció interrumpiendo en varias ocasiones con aplausos sinceros. Ya en la
distancia corta, con un café, se hizo fotos, compartió con la gente y contó
anécdotas con amabilidad y simpatía. Insistiendo, siempre: “la clave es la
educación que damos a los niños”.
El alcalde de Almería, Ramón
Fernández-Pacheco, se comprometió a “sumar esfuerzos en la construcción de una
sociedad tolerante y respetuosa”, junto a los expertos que se dieron cita. Como
homenaje al Tour que acaba de finalizar, introduje en el debate a las
mujeres que rompieron el techo de hormigón como Pilar Miró en RTVA o Josefina
Carabias. La primera fotoperiodista Juana Biarnés (Terrassa, 1935-2018) recordó
en una entrevista que se enfrentó a árbitros y al público que la querían echar
del campo y la enviaban a “fregar platos”. “Qué pena que no seas un chico
porque hoy me vendrías a ayudar. Tú irías al ciclismo y yo al hockey. Qué
lástima que seas una mujer”, cuenta que le decía su propio padre, Juan Biarnés,
fotógrafo deportivo, en aquellos años sesenta en el que las miradas de mujer no
contaban en ninguno de los ámbitos.
El fútbol responde a intereses deportivos,
económicos y sociales. Se plantea como un negocio. Una cosa buena que hicieron
con cierta sinergia en 2003 los presidentes del Real Madrid y Barcelona,
Florentino Pérez y Joan Laporta, respectivamente, fue acabar con ultras o radicales
violentos. La conclusión es insistir en la educación, el respeto, la igualdad y
la tolerancia. Que se imponen medidas sancionadoras y ejemplares. En el ámbito
periodístico, como apuntó Villarejo, de la Agencia EFE, incluir en portada de
los medios convencionales y digitales la lista de los energúmenos sancionados
de cada semana y con el compromiso de no visitar un recinto deportivo durante
años.
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