Pedro Manuel de la Cruz
Director de La Voz de Almería
⏩ Priorizando
siempre y por encima de todo la salud (solo los iluminados de espíritu y
los necios de inteligencia la ponen en peligro y en España hay muchos, que se
lo pregunten a Bosé), nadie puede dudar que una de las grandes víctimas del
Covid es la economía. Almería no es, como en casi nada, una excepción, pero en
lo que debemos perseverar es en volver a serlo, como ya lo fuimos durante los meses en los que navegamos sobre la primera
gran ola.
Durante el tsunami de primavera la
agricultura almeriense dio un ejemplo al mundo de cómo se puede mantener a
flote e intacto un sector tan grande como el agroalimentario. En marzo, abril y mayo miles de trabajadores
mantuvieron la movilidad entre sus lugares de residencia y las
empresas con la misma rigurosidad que lo hicieron bajo los invernaderos o sobre
el cemento de las líneas de manipulado de las comercializadoras. Miles de camiones salieron cada día
desde el poniente y el levante de la provincia llevando hasta el
lugar más lejano de Europa millones de kilos de hortalizas. Las oficinas, la
industria auxiliar, todo, funcionó con una precisión más cercana a la
tecnología de un reloj suizo que a la anarquía, tan propia, del sur del
Sur.
La duda que nos inquieta es si podrá mantenerse en la campaña de otoño aquella excepción de la primera ola de ningún brote en ningún espacio de trabajo compartido
La inquietud que preocupa ahora, en este
umbral previo al inicio de campaña y con los datos disparados en las comarcas
más agrícolas y en el sector de los
inmigrantes ( siete de cada diez positivos en El Ejido lo son; los datos son
esos), la duda que nos inquieta, digo, es si aquella
excepción de la primera ola de ningún brote en ningún espacio de trabajo
compartido, podrá mantenerse en la campaña de otoño. Nadie tiene la
respuesta.
Y ante ese vacío irremediable de certezas-
todo el mundo lo tiene es esta pandemia-
lo que es imprescindible hacer es recuperar lo que se hizo bien en aquellos
meses, mejorarlo, y poner en práctica nuevos protocolos que
garanticen, aún más, la seguridad.
Almería no puede tolerar que ningún irresponsable ponga en riesgo la reputación de su prestigio agrícola y de su seguridad alimentaria
Almería no puede
tolerar que ningún irresponsable ponga en riesgo la reputación de su prestigio
agrícola y de su seguridad alimentaria. Las administraciones, desde la consejera al
presidente de la Diputación pasando por todos los alcaldes, llevan meses
trabajando en la búsqueda y puesta en práctica de estrategias que acorralen la
expansión del virus; también los representantes agrícolas están inmersos en esa
estrategia de guerra preventiva frente a un enemigo invisible pero que puede
ser determinante para el desarrollo de la inminente campaña.
Un desarrollo que no afectará sólo en la
cuenta de resultados del sector, sino en la economía de todos los almerienses.
Hay por tanto que extremar todas las medidas y hacerlo con contundencia y con
rigor. La contratación de trabajadores en el amanecer de las rotondas debe
desaparecer de una vez por todas utilizando la capacidad coercitiva de las
fuerzas de seguridad y la capacidad sancionadora establecida en la ley. El Covid es un enemigo peligrosísimo, pero su
capacidad infectiva tiene en el descontrol de sus potenciales portadores su
mayor y mejor aliado. Hay que imponer con todos los medios que sean
necesarios que los infectados cumplan la cuarentena y solventar los problemas
de hacinamiento que facilitan la expansión de los contagios. Hay que acorralar
el virus y, en ese objetivo irrenunciable e imprescindible, no se pueden
escatimar ni medidas ni medios.
Ha llegado la hora de que la otra cara de
la moneda de la agricultura (cada vez más pequeña, es cierto, pero que todavía
existe) deje de viajar en la anormalidad. Hay que dar un salto adelante
impidiendo situaciones de peligrosidad extrema. ¿Que esas decisiones serán incómodas para algunos? Sin duda. ¿Que
serán bastantes los que no las comprendan porque perturban sus intereses
inmediatos? Nadie lo duda. ¿Qué la convivencia de culturas distintas dificulta
el entendimiento y el cumplimiento de las normas en demasiadas situaciones? Es
evidente.
Lo que nadie puede poner en duda es que una cadena de contagios bajo los invernaderos o sobre el cemento de los almacenes pondría en riesgo el principal pilar de la estructura económica de la provincia
Pero lo que nadie puede poner en duda es
que una cadena de contagios bajo los invernaderos o sobre el cemento de los
almacenes pondría en riesgo el principal pilar de la estructura económica de la
provincia y el trabajo realizado
durante los últimos cincuenta años logrando ser un ejemplo construido sobre la
sangre, el sudor y las lágrimas de quienes han transitado el camino
desde aquella miseria a esta prosperidad.
Nuestros competidores acechan y una muestra de debilidad acabaría costando mucho más caro que la implantación de todas las medidas que hay que tomar ya, con urgencia y con rigor
El Covid es un enemigo cruel. No demos
ninguna facilidad, ni una sola para que pueda destruir nuestra imagen de
potencia agrícola en los mercados. Nuestros competidores acechan y una muestra
de debilidad acabaría costando
mucho más caro que la implantación de todas las medidas que hay que
tomar ya, con urgencia y con rigor. Y en esa tarea nadie esta libre de
responsabilidad. De que cada uno la cumpla depende que esta segunda ola y las
que vendrán no acabe poniendo en peligro el futuro.
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