Antonio Abad
Martín (Almería, 1963) se ha posicionado como director Técnico y de
Operaciones de Hispasat en un hombre clave en el desarrollo de los satélites en
España y Europa. El almeriense, ingeniero aeronáutico, entró en la compañía en
1991, justo cuando la empresa estaba empezando a rodar y ahora tiene ante sí
toda la responsabilidad en definir estructuras espaciales y terrestres para dar
servicio avanzado de telecomunicaciones. “Tenemos mucho futuro por delante,
mucho trabajo por hacer para mejorar la vida y la conectividad de las
personas”, expresa Abad desde su despacho madrileño en la sede social de
Alcobendas, que comparte con otro en
el centro de control en Arganda del Rey, desde donde el espacio
interestelar se le muestra en toda su dimensión.
Antonio Abad Martín (La Voz) |
Pero antes de mirar al cielo, Antonio tocó el suelo en la almeriense plaza Granero. Allí correteó este hijo de otro Antonio Abad, médico otorrino de la Casa del Mar en Pescadería. Y allí se fue aplicando en los estudios, junto al olor de los barriles de vino de la Bodega Montenegro y los partidos de pelota en la Plaza de la Catedral. Quizá para expiar culpas por tanto balonazo a las columnas de Juan de Orea, Antonio se apuntó de monaguillo con don Juan López Martín, aunque dimitió pronto del cargo cuando la familia cambió de barrio y se fue a vivir a la calle Méndez Núñez.
En La Salle fue uno de los alumnos más brillantes en matemáticas. Allí recuerda sobre todo como profesores a Emilio Albacete, que impartía química y el Hermano Domingo que daba historia, “que nos dio un ejemplo de tolerancia en plena Transición”. Se fue a Madrid a estudiar Aeronáutica y llegó a ser candidato a astronauta en la selección que ganó el actual ministro Pedro Duque. “Tengo buena relación con él, a pesar de todo”, apostilla.
Empezó a trabajar en Telefónica y desarrolló un sistema de seguimiento de satélites para la Agencia Espacial Europea, pero se desencantó cuando vio que solo iba a ser una demo sin aplicación.
Por eso, vio que había encontrado su sitió cuando ingresó en Hispasat para poner en la práctica su sueño de hacer del satélite una herramienta popular. Regresa a Almería los veranos, aunque pertenece a una minipeña almeriense junto a sus amigos y paisanos Octavio López Lafuente y José Manuel Delgado.
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