La transformación del Paseo de Almería

Lola González
La Voz

“Hay que hacer algo en el Paseo de Almería”. Esa frase se ha instalado en los últimos tiempos entre los almerienses y en ese afán por revitalizar la que fuera la principal vía comercial y de ocio de la ciudad ha llevado a que en los últimos meses se hayan ido sucediendo informaciones sobre actuaciones, algunas desarrolladas y otras en ciernes, que han acabado generando un importante caos en los ciudadanos que ya no tienen claro qué se va a hacer en el Paseo.

Operarios trabajando en el Paseo (La Voz)

Habrá que empezar explicando que esta intervención se puede considerar un proceso para pasar de una calle en la que el protagonista es el vehículo y todo gira entorno a él, a pesar de la importante anchura de sus aceras, a ser un espacio para el peatón y la movilidad sostenible. Aprovechando esa idea final y la necesidad de generar espacios paseables que permitan la distancia social aún en zonas con mucho tránsito de peatones, como es el caso, en los primeros pasos de la desescalada el Ayuntamiento de Almería se lanzó a un primer cambio en el modelo de movilidad en la zona. Fue sin duda el más chocante ya que es el que reducía a un solo carril la circulación e impedía el acceso al Paseo tanto desde Pablo Iglesias como desde calle Las Tiendas o Granada. Era el inicio de lo que han llamado la ‘pacificación’ de esta vía y sobre todo, el inicio de un cambio de costumbres a la hora de transitar por el centro de la ciudad.

El gran carril saludable al que se le pintaron lo que decía ser un dibujo de antiguas baldosas de La Cartagenera no funcionó

Ciertamente el diseño elegido no ha sido exitoso. El gran carril saludable al que se le pintaron lo que decía ser un dibujo de antiguas baldosas de La Cartagenera no funcionó ya que el adoquinado de esa zona estaba en mal estado, el carril bici era pequeño, no tenía separación y la parada de los autobuses entorpecía el tráfico en el carril que sí que quedaba abierto. Las críticas no se hicieron esperar y hubo que ir haciendo cambios sobre la marcha. 

Este problema de espacios y las críticas por la estética elegida han supuesto que desde el Ayuntamiento de Almería se haya abogado, de la mano de los comerciantes, por rediseñar la zona. Todo está ya en obras, acabarán el 20 de noviembre, pero la idea principal se mantiene, restringir el tráfico a un carril. Así el carril saludable se mantiene, con un nuevo asfaltado, eso sí, y separado de los vehículos con jardineras y pivotes para aportar seguridad. Se elimina un carril bici que para los propios ciclistas entorpecía más que ayudar ya que les era más seguro circular por la calzada; y se asfalta el Paseo para que sea ‘fonoabsorbente’.

El final del camino es la peatonalización dejando solamente un carril de movilidad sostenible para el paso de autobuses, taxis y residentes

¿Pero es esa la actuación final del Paseo? Evidentemente, no. El final del camino es la peatonalización dejando solamente un carril de movilidad sostenible para el paso de autobuses, taxis y residentes. De hecho, en mitad de todos los cambios inminentes, se conoció la idea ganadora para esta reconversión definitiva tanto para esta vía como para Obispo Orberá, Puerta Purchena y Plaza Circular. 

De momento todo lo que hay es una idea que ahora toca convertir en un proyecto en un trabajo que deben realizar los arquitectos ganadores -Miguel Martínez Castillejo y Pau Batalla Soriano – con los técnicos municipales. Teniendo en cuenta tramitaciones, redacción, licitaciones, no será realidad hasta dentro de un par de años como poco. Con esto ya contaba el equipo de Gobierno que ha querido ir cambiando los esquemas de circulación del centro de la ciudad antes de la llegada de la peatonalización definitiva. 

¿Y que se quiere hacer en ese futuro proyecto? La idea con la que consiguen el primer premio del concurso de ideas busca armonizar Obispo Orberá, Puerta de Purchena y Paseo de Almería y para ello coge el diseño de Puerta de Purchena aunque, ya han avisado los miembros del jurado, ese adoquinado de mármol amarillo parece que no será definitivamente la solería que se utilice.

Llama la atención la generación de nuevas plazas a las puertas de la Compañía de María, el Teatro Cervantes, la Delegación de Hacienda, la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía o el Catastro

La idea es generar espacios de convivencia a modo de plazoletas en las zonas en las que se encuentran los principales bienes patrimoniales tanto en una calle como en la otra. Así, prevén ampliar espacios como Puerta Purchena, el entorno de la Plaza del Mercado y la Plaza Juan Casinello, pero sobre todo llama la atención la generación de nuevas plazas a las puertas de la Compañía de María, el Teatro Cervantes, la Delegación de Hacienda, la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía o el Catastro. Estos espacios buscan generar un diálogo entre el viandante y el patrimonio. Para ello se quiere “mejorar la visibilidad” de los inmuebles y se aboga por cambiar los ficus en estas plazas por palmeras.

El diseño amplía la zona peatonal de la acera izquierda ascendente y añade una tercera hilera de arbolado de hoja caduca, con la intención de que vaya cambiando de imagen y permita la llegada de más sol en invierno y más refugio en verano. Prevén jacarandas, tipuanas y moreras. Contará con un carril central para emergencias, servicios públicos y residentes. Así como un carril bici con solera de hormigón en el color acorde al entorno que ya dependerá de la decisión final del proyecto.

Recoge el diseño ganador del concurso de ideas una apuesta para unificar Obispo Orberá y el Paseo de Almería basándose en jardineras-banco y jardineras-marquesina. Justo para Obispo Orberá explicaban ya los miembros del jurado que no terminaban de convencer ya que plantar arbolado sobre el aparcamiento parece difícil, y poner una especie de maceteros elevados, con la suficiente capacidad para las raíces de estos árboles de cierto porte, no terminaba de convencer ya que dificultaría la vista de la calle. Habrá que esperar al proyecto.

En resumen, hay una primera imagen de lo que se quiere hacer, algo que costaría unos 6,2 millones de euros pero sobre la que hay mucho que trabajar aún. Ese será el final del camino del cambio en el Paseo de Almería que arrancaba con la primera modificación en el tráfico.

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