La expansión de la pandemia del
COVID-19 en Andalucía está arrojando datos muy preocupantes. Según
la Junta de Andalucía, el COVID19 ha dejado hasta el momento hay 13.762
casos confirmados y 166 fallecidos en nuestra provincia. Si observamos los
datos de Almería ciudad, estos son igualmente alarmantes: en los últimos
14 días hemos pasado de 753 a 994 casos confirmados, lo que nos
sitúa en la fase 4 dentro del grado 2 de alarma sanitaria. Estos
datos son muy negativos y nos sitúan con una tasa de casos en Pruebas
Diagnósticas de Infección Activa superior a 500 y 47 fallecidos, según
las fuentes de la Consejería de Salud. Con estos datos urge
descender la curva para no poner en peligro los servicios sanitarios, ya de por
sí, colapsados por la falta de políticas sanitarias por parte de la Junta de
Andalucía.
Y es que desde el verano veníamos alertando que la situación iba empeorando poco a poco, y que la llegada de otoño iba a suponer un estrés para nuestra sanidad pública. A la falta de medios en la Atención Primaria y de rastreadores, se le sumaba el cierre del Hospital de Cruz Roja, que ha tenido como resultado que la Consejería de Salud tenga que utilizar un hotel y la Residencia de Tiempo Libre de Aguadulce para trasladar a los enfermos. Esto es sencillamente intolerable y alguien tendrá que asumir responsabilidades en un futuro que ahora mismo no toca. Nuestro municipio ha sufrido un incremento de la población, que se sitúa ya en los 200.000 habitantes, y se hace necesario la ampliación de infraestructuras sanitarias y el cumplimiento de lo ya prometido, como era el Centro de Especialidades que dejó proyectado el anterior gobierno socialista y que el gobierno de las derechas en Andalucía está paralizando. Sin lugar a dudas, la llegada de Moreno Bonilla a la presidencia de la Junta de Andalucía ha supuesto un retroceso en materia sanitaria para Almería.
Con todos estos datos, la Junta de Andalucía parece que ya es consciente de la gravedad de la situación, y bajo el amparo del Estado de Alarma aprobado por el Gobierno de España, ha puesto en marcha medidas más restrictivas, destacando la suspensión de toda actividad no esencial a partir de las 18 horas, el cierre perimetral de todos los municipios y la ampliación de la limitación de movilidad entre las 22 horas y las 7 horas. Ya advertimos que estas medidas son necesarias, pero que deben venir también con otras de carácter económico para aliviar la presión sobre los sectores más afectados.
Estas medidas suponen un gran sacrificio para todos, especialmente para las familias, la actividad comercial y la hostelería, tan castigadas ya por esta pandemia. Y mientras la sociedad se adapta a los acontecimientos, el Ayuntamiento de Almería destaca por no saber cómo actuar y va dando palos al aire con todas y cada una de las decisiones que ha ido tomando, generalmente tarde y cuando la situación ya exigía más medidas para proteger a los sectores más afectados.
Ante esta situación quiero mandar un mensaje de ánimo, responsabilidad y esperanza a todos los almerienses. Son momentos muy difíciles que nos exigen estar a la altura de lo que somos: una sociedad solidaria, responsable y conocedora de lo que está pasando. Las últimas noticias sobre la vacuna de Pfizer nos da un rayo de esperanza para ver la luz al final del túnel, pero no podemos dejar que el cansancio nos provoque relajación de las normas. Estoy totalmente convencida de que saldremos pronto de esta situación y volveremos a una normalidad que será ya diferente para todos. Mientras tanto, todos y cada uno de nosotros hagamos un esfuerzo más para no propagar el virus entre nuestros familiares y amigos. Nos va la vida en ello.
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