Dos ciudades con su propia
idiosincrasia, pero con mucho en común. Mucho y bueno, como el gran impulso de su agroindustria o la capacidad de
sus habitantes para apostar por la innovación y
el desarrollo, a pesar de
jugar con elementos no siempre favorables, como la escasez de agua, una financiación
estatal insuficiente o unas infraestructuras ferroviarias obsoletas y claramente
insolventes para impulsar el progreso que las dos capitales merecen.
Ante esta situación y el olvido reiterado de un Gobierno ausente, los alcaldes de Almería, Ramón Fernández-Pacheco, y Murcia, José Ballesta, han mantenido un encuentro para abordar acciones dirigidas a reivindicar el protagonismo del sureste español. Así, ambos suscribieron el pasado jueves un Manifiesto por el que las dos ciudades reivindicaban las obras de la alta velocidad, así como una financiación estatal justa y la participación en el reparto de los 140.000 millones que desde la Unión Europea van a llegar a España.
Con la crisis suscitada por el coronavirus, los ayuntamientos se han convertido en primera tabla de salvación de sus ciudadanos, asumiendo muchas competencias que no les corresponden
Desgraciadamente, el municipalismo ha quedado fuera de toda
ecuación del Gobierno de Psoe y
Podemos. Algo injusto, más si cabe en un momento en el que, con la crisis suscitada por el coronavirus, los ayuntamientos se han convertido en primera
tabla de salvación de sus ciudadanos, asumiendo muchas competencias que
no les corresponden. Aún así, el Gobierno sigue dando la espalda a las
entidades locales, que se enfrentan a situaciones económicas peliagudas.
Por eso, haciendo causa común, Almería y Murcia queremos lo que es justo. Ni más ni menos. Pedimos a Adif y al ministro Ábalos que digan la verdad sobre la nuevamente retrasada llegada de la alta velocidad; exigimos a la ministra de Hacienda los 3.000 millones que ofreció en su día para hacer frente a los gastos extraordinarios originados por la crisis social y económica del COVID (y que para Almería supondrían unos ingresos de unos 20 millones); demandamos una respuesta ágil y eficaz para que el rescate del transporte público urbano no se lleve por delante el equilibrio presupuestario de los ayuntamientos; que Almería y Murcia tengamos la financiación estatal que merecemos acorde a nuestro dinamismo económico y hemos vuelto a insistir en que los fondos europeos tienen que llegar de forma real y equitativa a los municipios. Y seguiremos alzando la voz para que se nos escuche. Porque no podemos ni queremos resignarnos.
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