Puestos a recordar la importancia que el hoy
senador Rafael Hernando ha tenido en la política del PP habría que poner en
valor que fue su portavoz en el Congreso de Diputados, y, por tanto, formaba
parte del equipo más cercano al presidente del Gobierno de la Nación, Mariano
Rajoy, que ejerció su responsabilidad desde 2011 a mediados de 2018.
Quizás, si se hubiese preocupado entonces por
las cosas de la tierra que lo había elegido representante, podría haber
acelerado las obras de laminación del río Antas, las que su anterior jefe Aznar
programó para 2021. Más aún cuando en 2012, con José Carmelo Jorge de alcalde
en Vera, como lo es en la actualidad, se habían producido las enormes y
trágicas avenidas e inundaciones que afectaron a la zona costera y provocaron
también la destrucción de la desaladora de Villaricos. Tampoco consta que
influyera para su rápido arreglo durante tantos años de poder.
Qué curioso que tampoco se acordó de que se terminase
la segunda fase de las obras de regeneración de las playas de Vera, afectadas
por una grave regresión desde hace varios años. Como tampoco se acordó nunca de
pedir al Gobierno del señor Rajoy que terminase la delimitación del dominio
público marítimo terrestre del municipio, un trámite administrativo que
posiblemente impida la prolongación del paseo marítimo de Vera por la playa de
Puerto Rey.
En todos esos años de gobierno del PP, Rafael
Hernando era diputado por Almería y se dedicaba a echar por su boca los más
duros exabruptos contra todos los demás grupos políticos, por supuesto desde la
prepotencia del poder y la amplificación de los medios amigos. Hubiera debido
encontrar algún minuto de su valioso tiempo para haberse acordado de pedir a
alguno de los ministros de Fomento de su partido que hubieran construido el Paseo
Marítimo del que ahora hablan sin rubor.
Pero tanto Rafael Hernando como Luis Rogelio Rodríguez-Comendador
tienen que justificar sus sueldos y no se le ocurre otra cosa que venir a exigir
a los demás lo que ellos no han hecho cuando podían.
Y encima vienen a pedir agilidad para las obras
del AVE cuando media provincia está obras, y lo hacen en Vera, donde termina
uno de los trayectos en construcción. Son los mismos que miraron para otro
sitio cuando el gobierno Rajoy tapió los túneles de Sorbas.
Y ya en el colmo, piden apoyo a sus enmiendas a
los Presupuestos Generales del Estado que ya recogen más de 600 millones de
euros asignados por el actual Gobierno para esas obras. Qué pena no haber
evitado este ridículo. Qué pena que no hayan revisado los presupuestos del
señor Montoro aprobados en 2018 y que han estado vigentes hasta ahora.
Habrían visto que no había ni un céntimo
previsto ni para ese AVE que ahora piden, cuando ya está, ni para la desaladora
de Villaricos, ni para el Río de Antas, ni para el Paseo Marítimo, ni para nada
de nada de nuestro municipio ni de la comarca, a la que ahora tanto quieren.
Uno se lo esperaba menos de José Carmelo Jorge porque lo cierto y verdad es que ya fue alcalde entre 2011 y 2015, coincidió con el Gobierno Rajoy, y no parece que todo lo que hoy con tanto coraje se reivindica se moviese ni un ápice: ni el AVE, ni el Río Antas, ni el Paseo Marítimo, ni la desaladora o la carretera AL-7107 de la Costa, por cierto responsabilidad de la Diputación Provincial, gobernada por el PP y a la que no ha destinado ni un céntimo en su Plan Cuatrienal. Nada de nada.
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