Almería, el mar y el progreso

Pedro Miguel Sánchez Castillo
Director del Aula del Mar CERMAR-UGR 

Los importantes problemas de salud que sufre la humanidad  nos están alejando de la necesaria preocupación  por el serio deterioro que están sufriendo nuestros mares. El múltiple proceso de regresión del medio marino se puede abordar desde  tres niveles de aproximación,  aquellos  de origen  local como la contaminación por residuos urbanos o  la eutrofización litoral, los de escala regional que afectan a amplias franjas como  la contaminación biológica por especies invasoras o la destrucción de determinados hábitat, hasta llegar al ámbito global tanto como consecuencia del cambio climático (incremento de  temperatura,  acidificación  y  subida del nivel del mar), como de la incontrolable contaminación por basuras marinas.  Tal es la importancia del problema que la ONU ha establecido un objetivo específico, el 14 de los ODS, “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos”.

Almería, cuyos litorales de poniente y levante configuran los límites entre el mítico mar Mediterráneo y el legendario mar de Alborán,  constituye un enclave privilegiado para emprender una nueva y necesaria forma de abordar nuestra relación con el mar en un periodo de cambio como el que se avecina. Son muy pocas las provincias españolas que gozan de una orientación marino-marítima tan privilegiada como la nuestra, lo que debe animarnos a explorar nuevas formas de relación con el mar, sin duda, basadas en el respeto al medio marino y en el progreso de su conocimiento científico.  No partimos de cero, estamos bien anclados a un emblemático Parque Natural de Cabo de Gata, al avance en los cultivos marinos tanto tradicionales como de microalgas,  a un  campus de excelencia internacional del mar (CEI.MAR), donde participa la Universidad de Almería y que tienen entre sus objetivos potenciar la economía azul.

Para reforzar la vinculación de la provincia con el mar y que  tuviera reflejo en nuestra realidad sociocultural, deberíamos proponernos conseguir dos elementos de gran importancia estratégica. Por una parte la implicación de nuestros puertos, que como entidades socio económicas singulares tienen una gran influencia económica y está en sus manos desarrollar una adecuada labor de conservación y divulgación del medio marino a través de su actividad diaria y de su participación en centros temáticos interactivos, innovadores y vanguardistas, de los que ya se ha presentado alguna propuesta que se podría vincular a los fondos europeos post-covid, dentro de las políticas de recuperación y resiliencia ligadas al medio marino.

Habría que dotar a nuestra provincia, que presenta uno de los litorales más estratégicos,  ricos y diversos del país,  de un centro que los estudie, coordine y proyecte su riqueza hacia el futuro, como podría ser una delegación del Instituto Español de Oceanografía (IEO)

No menos importante debería ser dotar a nuestra provincia, que presenta uno de los litorales más estratégicos,  ricos y diversos del país,  de un centro que los estudie, coordine y proyecte su riqueza hacia el futuro, como podría ser una delegación del Instituto Español de Oceanografía (IEO). La figura de nuestra oceanógrafa pionera, Jimena Quirós, debería servirnos de acicate para reivindicar la presencia del IEO en nuestra provincia, en un momento que esta institución se replantea su engranaje en el sistema de ciencia y desarrollo de nuestro país. 

Soy consciente de los muchos problemas inmediatos que ocupan a nuestros políticos locales, pero sin duda la planificación y las estrategias de futuro son herramientas básicas para que la prosperidad de nuestra tierra no esté ligada solo al turismo y la agricultura intensiva.

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