Cuesta creer que, con la que está cayendo, haya gente preocupada
de su sillón. Pero, como siempre, la realidad supera la ficción y en Adra
tenemos un escenario cinematográfico a lo Watergate II, puesto que sería un
escándalo mayúsculo si saliera a la luz todo lo que lleva haciendo el PP desde
que gobierna el consistorio.
Teresa Piqueras (Loa) |
¿Se acuerdan ustedes del proceder, bajo el ordeno y mando, de
Hitler, que decía que «cuando se inicia y desencadena una guerra, lo que
importa no es tener la razón sino conseguir la victoria»? Pues eso debe de
pensar el alcalde de Adra, que, tras desencadenarse la pandemia, ha estado más
pendiente de su sillón que de las necesidades de los ciudadanos.
Cuando todos los grupos de la oposición hemos hecho propuestas, hemos tendido la mano y hemos intentado unir fuerzas, el equipo de Gobierno nos ha dado la espalda
Cuando todos los grupos de la oposición que formamos la Corporación
Municipal hemos hecho propuestas, hemos tendido la mano y hemos intentado unir
fuerzas, el equipo de gobierno nos ha dado la espalda, insultando a la
democracia representada en nuestro Ayuntamiento y generando un grave perjuicio
para los intereses de los abderitanos.
Si un alcalde no es capaz de entender que está en ese puesto para
servir a los intereses de la ciudadanía y respetar lo que dijeron en las urnas,
mejor que se vaya a su casa. La última jugada de PP y Cs tuvo lugar el pasado
29 de diciembre, en el Pleno del Ayuntamiento que se celebró presencialmente
(porque le gusta más al alcalde, ya que acabamos más pronto), a pesar de las
distintas peticiones de que se hiciera telemático, por el riesgo que suponía
realizar de forma presencial un Pleno con una tasa de contagios en Adra que
superaba todos los límites razonables, con más de 600 contagios por 100.000
habitantes. Poco pasa para lo que podía pasar por la incompetencia del alcalde.
Ya hemos salido en medios nacionales por el contagio masivo de más de 80
personas en una boda y no queremos seguir siendo el municipio con la tasa de
contagios más alta de la provincia, por lo que es necesario, más que nunca,
poner todos los medios a nuestra disposición para proteger a la población de
posibles contagios.
La señora Crespo se dedica a venir los viernes a vender humo, puesto que, para ella, ahora lo más importante es tapar las vergüenzas del Gobierno andaluz, aunque sea en perjuicio de Adra
Al margen de esta cuestión, el Grupo Socialista acudió a aquel
Pleno con la propuesta de pedir para Adra lo que la Junta ya tenía previsto
realizar desde 2018, pero que, tras el cambio de gobierno en Andalucía, quedó
paralizado por completo. Por lo visto, ya no es imprescindible para evitar
inundaciones la limpieza del río, ya no es necesaria la ampliación del CEIP
Nueva Andalucía de La Curva, el CEIP Mare Nostrum y el IES Virgen del Mar, como
tampoco corre mucha prisa que se ejecute la depuradora de Guainos y la Alcazaba,
entre otras demandas que se iniciaron con un gobierno socialista en la Junta de
Andalucía y que, tras dos años de Gobierno de PP y Cs con soporte de Vox,
siguen en el mismo punto, dado que la consejera de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Desarrollo Sostenible no ha movido ni un dedo para traer a su pueblo ni
estas ni otras demandas. La señora Crespo, muy al contrario, se dedica a venir
los viernes a vender humo, puesto que, para ella, ahora lo más importante es
tapar las vergüenzas del Gobierno andaluz, aunque sea en perjuicio de Adra.
Con este escenario, la democracia expresada por los abderitanos en
las urnas se la salta a la torera el alcalde, cuya única pretensión parece ser
‘comprar’ a una parte del pueblo con el dinero del pueblo. Esa falta de respeto
hacia los componentes de la Corporación Municipal constituye una falta de
respeto hacia la ciudadanía, que no merece un alcalde que mire únicamente por
sus intereses. Esta dura pandemia debería haber servido para que algunos recapacitaran,
en pro de la buena gobernanza, pero aquí en Adra lo único que ha sacado es lo
peor de sus gobernantes: descrédito, falta de diálogo, falta de trasparencia y
de consenso y cargarse la democracia de un plumazo, con el “ordeno y mando”.
Por si sirve para la reflexión de algunos, esperamos que los presupuestos municipales reflejen los intereses de Adra y atiendan las necesidades de nuestros vecinos en el peor momento de la historia que hemos conocido. Ahora más que nunca hay que hacer gala del servicio público y, si no se está a la altura, mejor en casita.
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