Cabo de Gata debería ser uno de los barrios más codiciados de Almería para vivir y uno de nuestros principales activos para atraer turismo y riqueza como paraíso único de Andalucía, pero lo cierto es que lleva tiempo convertido en una barriada abandonada y falta de inversiones y atención.
Eso se puede observar tras comprobar el pésimo
estado de conservación del torreón de San Miguel (siglo XVIII), para el cual el
alcalde prometió, en enero de 2018, convertirlo, según sus propias palabras, en
un «foco de atracción turística». Tres años después lo único que atrae es suciedad y peligro de derrumbe, ofreciendo una
lamentable imagen junto a la playa más paradisíaca de nuestro término
municipal.
Hay que recordar el concurso de ideas convocado en su día desde el
Ayuntamiento de Almería para elegir un proyecto de rehabilitación. Por
desgracia, el pasado mes de mayo se tuvo que readaptar el presupuesto municipal
con modificaciones puntuales para hacer frente a las condenas judiciales al
Consistorio. Instamos al equipo de Gobierno a no demorar más la
recuperación y puesta en valor de un enclave tan querido por los almerienses.
Actualmente, el mal estado del muro que lo rodea permite la entrada al mismo,
acumulando todo tipo de porquería y grafitis.
Los almerienses que viven en el barrio de Cabo de Gata merecen la misma atención que los que viven en Oliveros o en Puerta de Purchena. Todos los almerienses, vivan en el barrio que vivan, tienen los mismos derechos y pagan los mismos impuestos», con el agravante de que, en el caso de Cabo de Gata, hablamos de un lugar totalmente desaprovechado, que pese a encontrarse a las puertas de nuestro famoso parque natural, padece desde hace meses la proliferación de vertederos improvisados en solares, además de parques y jardines destrozados, e incluso calles impracticables por el mal estado de conservación.
Pedimos más labores de limpieza en la barriada, más control para evitar que ciertas constructoras y particulares viertan los desechos de sus materiales en determinados solares, y arreglar los destrozos de algunos jardines y parques infantiles, como el que hay entre las calles Chuclá y la Maya, donde llevan meses esperando que se actúe en los jardines destrozados por los jabalíes que merodean por el barrio, sin dejar de lado actuaciones pendientes también desde hace meses en calles como Bellavista, cortada al tráfico por un profundo socavón. Seguro que esta no es, ni de lejos, la vía más transitada de Almería, pero ello no significa que no merezca del equipo de Gobierno el mismo tiempo y atención que cualquier otra calle de nuestra ciudad.
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