Golpe a la sanidad pública

Adriana Valverde
Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Almería

Ahora ya lo sabemos. El gobierno de las tres derechas en Andalucía tenía entre sus objetivos privatizar la sanidad pública y esta semana su presidente, Moreno Bonilla, lo ha dicho abiertamente, de manera que los fondos que tendrían que destinarse a reforzar nuestros hospitales y centros de salud, irán a las empresas privadas que operan en el sector sanitario.

Desde el PSOE hemos intentado por todos los medios que el PP no cerrara el Hospital de Cruz Roja, por entender que contravenía toda lógica clausurar una ins-talación dotada de 85 camas y 6 quirófanos, en mitad de una pandemia. Por el contrario, apostamos firmemente por su mantenimiento y transformación en un hospital dedicado al tratamiento de los pacientes de COVID, ante el temor, ahora confirmado, de que la pandemia iba a requerir un mayor número de equipamientos y de personal.

Ahora entendemos la postura del alcalde de Almería y de los grupos de las derecha al votar en contra de la moción que presentábamos para evitar el cierre de Cruz Roja

Es escandaloso observar que mientras esto ocurría, ya los mandatarios del PP negociaban bajo la mesa con las empresas privadas de sanidad y, desde luego, ahora entendemos con total claridad la postura del alcalde de Almería y de los grupos de las derecha que se sientan en el pleno del Ayuntamiento al votar en contra de la moción que presentábamos para evitar el cierre de Cruz Roja.

En nuestra moción solicitábamos, entre otras cuestiones, el apoyo de todos los grupos para manifestar su rechazo al cierre de este hospital y pedir a la Junta de Andalucía la renovación del convenio con Cruz Roja, así como la inclusión de una partida en el Presupuesto de la Junta para 2021 para la rehabilitación y renovación de este centro hospitalario.

Nunca creímos la excusa económica por la que el PP justificó el cierre de este centro, ya que, mientras esto sucedía en Almería, en Sevilla el Gobierno andaluz destinó 10 millones de euros a rehabilitar y reabrir un antiguo hospital militar, al tiempo que estudiaba adaptar en Almería un hotel y hasta la Residencia de Tiempo Libre para su uso hospitalario. 

Las derechas en Andalucía, con la inestimable ayuda de sus representantes en la capital almeriense, han pretendido hacernos creer que el hospital de Cruz Roja era insignificante, pequeño y sin importancia, cuando en realidad es comparable en dimensiones y quirófanos al de la Virgen del Mar o el Mediterráneo. Incluso, el propio Plan de Contingencia Covid publicado en el BOJA del 21 marzo, señalaba este hospital como «un recurso necesario» ante un posible aumento de contagios.

A diario vemos a los mandatarios del PP en la Junta de Andalucía y al propio alcalde de la ciudad pidiendo prudencia a la ciudadanía para evitar la propagación del virus, pero sus hechos contradicen sus palabras. El COVID avanza de forma descomunal en nuestra ciudad y, mientras el personal de nuestros hospitales y centros sanitarios públicos lucha por salvar vidas y espera los ansiados refuerzos de plantilla para tomar aliento, ante una crisis sanitaria sin precedentes, el presidente de la Junta de Andalucía abre una vía de agua en la línea de flotación de la sanidad pública para alimentar a la privada. 

Vamos muy tarde para reforzar plantillas para que la atención sanitaria llegue a todos los usuarios, tanto en los hospitales como en la Atención Primaria; de renovar instalaciones para que podamos atender a esa creciente demanda de plazas de UVI para pacientes COVID; de equipar a los profesionales sanitarios para que realicen su trabajo en las mejores condiciones y con absoluta seguridad; en definitiva, de reforzar nuestro Sistema Público de Salud ante el mayor reto de su historia. Y en esa tarea no puede haber fisuras, ni engaños, ni medias verdades.

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