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Nos ha dejado para siempre una de las personas más queridas de Almería, el sindicalista y antiguo trabajador Renfe Emilio Navarro Franco. Su hijo Emilio Navarro González ha escrito sobre su padre un emotivo obituario que por su interés reproducimos:
Hijo de Emilio y Remedios, Emilio Navarro Franco nació el 6 de agosto de 1938 en Elche,
durante la guerra Civil Española, y, como a él le gustaba recordar, entre dos
batallas la de Extremadura y la del Ebro. Sus primeros años de vida, como
los de la gran mayoría de los españoles, fueron muy difíciles. Al hambre y la
carestía se añadía el castigo del régimen que por motivos ideológicos tenia
exiliado a mi abuelo, ferroviario, en la estación de castigo de Gérgal, después
de haber sido herido en la guerra y preso en el campo de concentración de
Albatera.
Fue tras el paso por la estación Gérgal cuando por la inacción y
el desprecio de las autoridades competentes los hermanos mellizos de mi padre
fallecen de inanición. Tras estos desgraciados incidentes se mudan a vivir a
Gádor donde viven durante un año en el transcurso del cual se recupera un poco
de las lacras del hambre gracias a la ayuda de los dueños del “Cortijo Rojo de
los Arcos” para los que estuvieron trabajando mi abuela y su madre, la Yaya,
eternamente vinculada a su hija como apoyo vital de la familia.
Una nueva mudanza, esta vez a
Antequera, corre el año 1941. La supervivencia de la familia instiga a mi
abuelo a realizar estraperlo como tantos y tantos españoles hicieron para poder
sobrevivir en aquellos durísimos años. Es en Antequera también donde
queda huérfano de madre en el año 1948, un durísimo episodio que siempre llevó
clavado en su corazón. Hablaba a menudo de su madre como el ángel que debió ser
para él durante los cortos años que la conoció. Un nuevo traslado lo lleva hasta
Guadix, donde la familia viviría un largo tiempo y donde se incorporó a la
escuela de aprendices de RENFE.
Mi padre tenía otra hermana mayor
que él, Isabel, separados ambos por los acontecimientos de la guerra que
llevaron a su hermana a vivir en la huerta de Murcia con unos tíos suyos hermanos
de su padre. Separados en el tiempo y en el espacio, pues no pudieron convivir apenas a lo largo de su vida. Se sucederían a lo largo de los años las visitas a
la casa de la huerta a ver a su hermana. Lugar referente en su vida y la
nuestra, con nuestra tía, nuestro tío y primos durante décadas lugar de
peregrinación en vacaciones.
Llega a Almería en el año 1957 y se incorpora a trabajar en los
talleres de RENFE como Oficial de Segunda Carpintero. Es durante este periodo
cuando conoce a la que sería su mujer (mi madre) durante 57 años, Juani, hija de
Juan y Lola. Mi abuela llegó a Almería durante el
infame episodio del camino de los canadienses desde Málaga hasta Almería con
sus hijos pequeños, andando y sufriendo el bombardeo de las tropas franquistas.
Después de realizar el servicio
militar y una vez prometido con mi madre, mi padre se embarca en la aventura,
como tantos otros, de la conquista del trabajo en Alemania, paraíso prometido
con el que salir de la pobreza persistente de la España franquista. Meses
después de estar trabajando en Alemania vuelve para casarse con Juani y
trasladarse los dos a Holzminden, lugar en el que tenían residencia y trabajo. Durante ese periodo nace su primer hijo,
Emilio. Un año después vuelve mi madre a España y mi padre sigue un tiempo más
en Alemania trabajando para conseguir algo más de dinero para la familia.
Tras la vuelta a España, no puede
reincorporarse a RENFE y con el dinero obtenido trabajando en Alemania monta un
bar, el cual estuvo regentando durante 10 años, tras los cuales accede a una
convocatoria para reincorporarse a RENFE, reingresando en el año 1978. Durante los años en que mi
padre regenta el “Bar la Reina”, sito en la calle del mismo nombre esquina con
calle de la Almedina, nacen sus otros dos hijos, Remedios en 1967 y Alberto en
1976.
De nuevo en Renfe, trabaja
durante unos años en las estaciones de Gérgal y Nacimiento y en 1982 se libera
como delegado sindical de UGT, sindicato al que había estado ligado durante
largo tiempo. Tras su liberación sindical accede al cargo de Secretario de
Transportes y Comunicaciones de UGT en el que estuvo durante 10 años ejerciendo
su acción política con gran intensidad. Al terminar su dedicación al sindicato
sigue en el mundo de la política a través del partido Democracia Socialista y
más tarde como Secretario de Organización y de Comunicación del Partido
Andalucista y en 2007 se jubila de toda actividad pública.
Emilio fue una persona íntegra, trabajadora y luchadora. Con un carácter
fuerte y vitalista, curioso por naturaleza, siempre aprendiendo, siempre
leyendo, preocupado y atento a todo lo que pasaba a su alrededor. Buen orador,
haciendo expresa su opinión a través de los medios y de las redes sociales. Fuertemente arraigado con la
familia, siempre con la mano tendida cuando hemos tenido necesidad de él.
Permanente referente en nuestras vidas a las que ha dedicado la suya para que
tuviéramos todo aquello que nos hiciera avanzar.
Cariñoso a la par que firme, un
buen marido, apoyó su vida en su esposa a lo largo de todos sus años juntos. Un
binomio indestructible. Comprometido con los demás a
través de su acción sindical, política y humana. Siempre tuvo una gran
inquietud por ser participe en los asuntos que hacen avanzar la sociedad,
conseguir que la justicia y la equidad para los trabajadores fuera efectiva y
real. Buscando y generando ayuda para aquellos que la necesitaran. En definitiva, una grandísima
persona, un padre y marido excepcionales.
Tu mujer, Juana. Tus hijos Emilio,
Remedios y Alberto. Tus nietos Cristian, Leandro, Sonia, Paula y Emma. Tus
bisnietos Ian y Laia y todos tus familiares, allegados y amigos se despiden de
ti agradecidos por haberte conocido, por haber podido compartirte, por haber
podido quererte. Por dejar tu huella imborrable en nosotros para siempre… DEP.
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