Desaparecidos en el Mar de Alborán

Javier Pajarón
La Voz

El Mar de Alborán guarda desde hace casi tres meses el secreto de la desaparición de los almerienses Julio J., de 39 años de edad, e Iván B., de 31. La tarde del 3 de diciembre los jóvenes embarcaron en una lancha blanca de fibra en algún punto de la costa entre Cabo de Gata (Almería) y San José (Níjar). Salieron, pero nunca regresaron

El barco estaba preparado para navegar hasta un punto desconocido, probablemente una posición entre 25 y 40 millas náuticas mar adentro, en aguas internacionales, según los indicios. Debían cargar los fardos de arpillera de un alijo de un hachís y volver a tierra para coronar y entregar la mercancía a quienes promovieron la operación, los dueños, pero su pista se perdió a la caída de la noche. 

No ocultan que Julio J. e Iván R. se habían metido en negocios sucios, pero lamentan que sus familias sufran las consecuencias y la agonía de pasar los días sin una respuesta sobre su paradero

Ahora, las familias viven desesperadas por la ausencia de noticias y piden un esfuerzo a las autoridades para esclarecer qué pasó aquella noche en el Mar de Alborán. No ocultan que Julio J. e Iván R. se habían metido en negocios sucios, pero lamentan que sus familias sufran las consecuencias y la agonía de pasar los días sin una respuesta sobre su paradero. “Manejamos varias opciones, que hayan muerto, que puedan estar detenidos en Marruecos o que hayan sido secuestrados”, explica M., hermano de Julio. “Solo queremos que los busquen, lo estamos pasando muy mal”. 

M. habla del sufrimiento de sus padres e insiste en que no tienen culpa de la actividad de su hermano. Por eso pide un esfuerzo en su búsqueda. “Si se ahogaron, los cuerpos podrían haber llegado por las corrientes a Marruecos o Argelia. Nos han tomado muestras de ADN, pero pedimos que se hagan gestiones con estos países para que nos den la información. Si los han encontrado, tenemos que saberlo”, añade M. “Estamos dispuestos a llegar donde haga falta”. Solicitan también la colaboración ciudadana por si alguien pudiera aportar algún dato sobre el caso. 

Los agentes conocen el caso, si bien las condiciones son complejas para obtener resultados. Según confirmó LA VOZ, la Comandancia de la Guardia Civil en Almería abrió una investigación sobre los hechos, aunque tardó en recibir datos precisos sobre el suceso y la posible localización más de tres semanas, lo que dificultó las pesquisas (se habría presentado una denuncia el 4 de diciembre por parte de un familiar, pero con información confusa o errónea).

Aquellos días se levantó un fuerte temporal en la costa de Almería y la hipótesis de un hundimiento durante la travesía cobra fuerza. Sin embargo, no se hallaron cuerpos ni el barco ni restos de un naufragio ni los supuestos fardos de hachís. Qué sucedió aquella noche es todavía un misterio. 

A., la esposa de Iván B., pide el rastreo de los teléfonos y asegura que ha aportado a la Guardia Civil toda la información que conoce para tratar de colaborar en la búsqueda. “Yo no sé si llegaron o no llegaron, no lo sabemos”, explica. “Yo le he dicho a la Guardia Civil todo lo que sabía. Lo que más me importa es que aparezcan, sea como sea. La esperanza no se pierde, pero lo estoy pasando muy mal”. 

Hace tres semanas otros dos jóvenes desaparecieron en extrañas circunstancias cuando se echaron a la mar desde el Poniente. En ese caso, el cuerpo de uno de ellos apareció poco después en la costa de Cabo de Gata, mientras el segundo continúa desaparecido.

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