Al hilo
de la licitación “urgente” del servicio de prensa del equipo de Gobierno del PP
de Vera, que no del Ayuntamiento, aunque sí pagado con su dinero, que es el de
todos los vecinos, cabe hacerse algunas reflexiones sin entrar a cuestionar si
el precio fijado, 150.000 euros en tres años, es razonable o no. Habría que
valorar, por ejemplo, si tal y como se recoge de manera literal en el anuncio, un Ayuntamiento tiene “necesidad de que se valoren sus proyectos” o si necesita
“fortalecer su imagen corporativa” ¿En serio?
¿Lo
creerán así los ciudadanos que tienen problemas para llegar a fin de mes? ¿Opinarán
lo mismo los empresarios que tienen sus negocios cerrados o prácticamente sin
actividad por la Covid-19? Hay que tener mucho desahogo para justificar la
necesidad urgente de gastar 50.000 euros anuales en un servicio con estos fines
¿No será en realidad que son los gobernantes, en este caso los del PP de Vera, los
que tienen necesidad de que se valoren sus proyectos? Con los proyectos del Ayuntamiento la única necesidad debería ser informar con transparencia,
prontitud y credibilidad a la ciudadanía. Pero no.
Para rizar el rizo, el Ayuntamiento “necesita fortalecer su imagen corporativa” ¿No será que los gobernantes necesitan fortalecer la suya?
Para
rizar el rizo, el Ayuntamiento “necesita fortalecer su imagen corporativa” ¿No
será que los gobernantes necesitan fortalecer la suya? Para ello no hay nada
mejor que contratar con el dinero de todos a alguien que organice la propaganda.
El año pasado en torno a 350.000 euros en este concepto que incluye jugosos
contratos publicitarios.
Para
hacerse una idea de las prioridades del PP, las ayudas directas a autónomos afectados por el
cierre de actividades o descenso de ingresos que fueron 259.000 euros y
prácticamente nada en ayudas directas a familias vulnerables. A ellas, por
ejemplo, les debería explicar el alcalde la urgencia de gastarse un dineral
para que él o sus concejales salgan en los periódicos o en la televisión con el
dedo señalando proyectos inexistentes.
Hay decenas de fotos en las redes municipales,
también privatizadas por el PP para su uso exclusivo sin coste alguno, con ese
dedo índice extendido como bandera. Vale igual un plano, que un cartel, que una
máquina o un árbol. Se señala, se posa y se hace la foto. Así se escribe la
historia. Como si
los contratos que firma y paga el Ayuntamiento para que su equipo de Gobierno
nutra su vanidad los pagara el PP local. En síntesis, ninguneo y silencio a la
oposición y publirreportajes diarios de un equipo de Gobierno holgazán y muy
bien pagado.
No
contentos con que los demás les paguemos sus rondas mediáticas, luego toca
publicitar en las redes sociales que han tomado como rehenes esas entrevistas
pactadas o esas páginas sobre asuntos intrascendentes que publican medios
privados previo paso por caja.
En los inicios
de este mandato, desde el Grupo Municipal Socialista se propuso un uso neutral
de los medios municipales de difusión y del servicio de prensa. Solo se pedía
el acceso en función de la representación obtenida en las elecciones. Un tercio
de la corporación que representa a un tercio de votantes. Una propuesta reglada
y pactada que sirviera para el futuro con independencia del color político que
ocupara el gobierno o la oposición.
Para el PP eso es inconcebible. No solo votó en contra sino que, y así lo expresa por escrito, los medios no están a disposición de los grupos políticos y que es el equipo de Gobierno quien decide la línea editorial y lo que se publica. Algo que, desde luego, cumple a rajatabla, no como otros compromisos. En este escenario, solo queda preguntarse si lo público es solo de quien gana.
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