Ha fallecido nuestro querido compañero Antonio Franco García. Nacido en Macael en 1967, nos ha dejado demasiado pronto, con esa anticipación amarga que golpea duramente los corazones y provoca la incredulidad. Llevaba tres décadas impartiendo docencia en la especialidad de Física y Química. Lo hizo en varios centros de educación secundaria hasta que en 2011 recaló en el IES Sol de Portocarrero, en La Cañada, la antigua Universidad Laboral como es conocida aún por muchos de los alumnos que en ella cursaron estudios.
Antonio Franco ha sido un compañero que ha sentado cátedra en nuestro centro, polivalente, profesor por igual de tiza y pizarra que desenvolviéndose diestramente con las nuevas tecnologías. De hecho, fue pionero en el IES Sol de Portocarrero en el uso de la enseñanza sincrónica presencial-online en estos tiempos de ceniza y pandemia que nos toca vivir.
Bajo el manto de su sencillez se camuflaban numerosas virtudes: inteligente e ingenioso; hábil proponiendo soluciones; generoso, tanto que jamás regateó para beneficio propio; conciliador ante cualquier tipo de conflicto en el ámbito laboral; persona con temple, de las que no alzan la voz para hacerse oír y comprenden que las prisas son malas aliadas; divertido, la sonrisa perenne…
Antonio Franco ha sido un profesor que ha destacado por su enorme calidad humana, y de ello pueden dar fe los centenares de alumnos, actuales y antiguos, que han sentido su pérdida como algo propio
Pero por encima de todas ellas, o mejor, como un compendio de ellas, Antonio Franco ha sido un profesor que ha destacado por su enorme calidad humana, y de ello pueden dar fe los centenares de alumnos, actuales y antiguos, que han sentido su pérdida como algo propio, como si alguien de la familia se les hubiera escapado al cielo. Ellos son el mejor testimonio de la magnífica labor docente desarrollada durante tantos cursos, ese tipo de profesores que no solo se conforman con enseñar, sino que también se preocupan por los habitantes de su aula.
Tus
alumnos te echan y te echarán de menos, Antonio, y también tus compañeros,
mucho. Se nos hará difícil acostumbrarnos a tu ausencia en esa parcela del IES
Sol de Portocarrero que conquistaste con tu sapiencia y bondad, el laboratorio
de física. Ya nunca será lo mismo sin ti.
Carta de despedida de los alumnos de 4º de ESO del IES Sol de Portocarrero
Querido profesor: Le escribimos esta carta para agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros, todos los momentos vividos y todas las anécdotas, porque profesores como usted existen pocos. Ha sido un gran apoyo para nosotros por entendernos tan bien, motivarnos a aprender y sacarnos una sonrisa en cada clase. Siempre recordaremos su amor por la comida con sus vídeos de chuletones o si no, cuando nos mandaba a callar con su famosa frase “ruilax”; por apoyarnos y hacernos reír en momentos difíciiles como en la cuarentena. Como estas, muchas anécdotas más, las cuáles nunca olvidaremos.
Queríamos agradecerle el poder haberle conocido, a usted, una persona de gran corazón que ha marcado nuestras vidas, sus clases eran un momento único de aprendizaje, en el que aprendíamos riendo y pasaban las horas y no nos dábamos ni cuenta. Le mandamos un adiós difícil de asimilar desde el laboratorio de Física donde su recuerdo siempre permanecerá. De sus alumnos que nunca le olvidaremos.
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