“En aras del interés público” el titular del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 2 de Almería, el magistrado Jesús Rivera, paralizó hace tres lustros el hotel de El Algarrobico, en Carboneras. Desde entonces, 37 sentencias se han registrado sobre este polémico edificio construido por la empresa Azata del Sol a escasos 25 metros de la orilla de la Playa del Algarrobico, dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
La última ha tenido a la Audiencia Nacional como protagonista. El alto tribunal ha rechazado que el Estado, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Carboneras tengan que indemnizar a la promotora de este edificio de 23 plantas de altura y 411 habitaciones. Azata del Sol demandó a las tres administraciones y les reclamó el pago conjunto de más de 70 millones de euros por los daños y perjuicio derivados de la situación jurídica derivada de este establecimiento, que fue paralizado por una orden judicial en el año 2005 cuando estaba casi totalmente construido.
Hay que recordar que la Asociación de los Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, denunciaron este proyecto como un atentado contra el medio ambiente desde el mismo momento en que se comenzaron a retirar las toneladas de tierra y piedras que constituían las pequeñas elevaciones montañosas sobre las que después se levantó esta mole de cemento y ladrillo.
La reclamación de Azata del Sol estaba basada en la tasación realizada por la sociedad Tinsa, en donde se incluía el valor del suelo y del hotel, los daños morales y materiales, y el supuesto descrédito empresarial que ha tenido que soportar la mercantil por la paralización de la obra y por las numerosas informaciones contando el entramado judicial que se ha generado en torno a este edificio y que se prolonga durante más de 15 años.
La magistrada ponente de la Audiencia Nacional, Nieves Buisán, considera que no ha quedado acreditado que los daños económicos originados a la empresa sean imputables a la administración. Amigos del Parque, junto a Ecologistas en Acción y Greempeace, piden el derribo inmediato de este edificio. El Estado se ha comprometido a realizar el derribo, y la Junta de Andalucía a restaurar la zona a su estado original antes de que se iniciara la obra.
La reclamación al Estado giraba en torno a lo que la promotora considera un dilatado e irregular procedimiento administrativo para el deslinde y fijación en cien metros de la zona de servidumbre del dominio público marítimo-terrestre en la franja litoral donde está el hotel. Azata del Sol mantiene que el edificio se construyó con todos los permisos y autorizaciones necesarios y de conformidad al Plan Parcial de la localidad de Carboneras del año 1988 y al expediente provisional de deslinde que fijaba la anchura de protección en 20 metros.
La demanda contra la Junta de Andalucía la fundamentaba en la aprobación del Plan Parcial, donde se establecía la franja en 50 metros, pese a que el Estado había señalado que la anchura tenía que ser de 100 metros. Incluso, matizaba que la administración andaluza aprobó la revisión de la normativa urbanística municipal y retiró las competencias al ayuntamiento en el año 1997 para permitir que se realizará el proyecto.
A la corporación de Carboneras la culpaba de otorgar licencia para el complejo hotelero en 2003 con calificación ambiental favorable y licencia de actividad. Ya en 2012 el Tribunal Supremo señaló que la promotora debía haber respetado la servidumbre de 100 metros, algo que ahora ha remarcado la magistrada de la Audiencia Nacional, culpando a Azata del Sol de una actitud maliciosa por seguir con la obra.
Muchos somos los que esperamos que el culebrón del Algarrobico finalice de una vez con su derribo definitivo, con la restitución de los terrenos y con una imagen renovada de un espacio enclavado dentro de una Reserva de la Biosfera. En mayo se vuelven a reunir el gobierno central y la Junta de Andalucía para intentar coordinar los trabajos que acaban con la imagen de esa mole abandonada.
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