El Gobierno andaluz ha vuelto a exhibir su unidad de paripé cuando
se conmemora un año de pandemia y cuando Andalucía está inmersa, por culpa de
las derechas, en un proceso de vacunación caótico y sin ápice de transparencia
en la gestión. Moreno Bonilla está discriminando a colectivos vulnerables, a
mayores, a personas dependientes y ha establecido criterios desiguales según
los territorios puesto que obliga a desplazamientos innecesarios a la población
teniendo un centro de salud a la vuelta de la esquina.
Moreno Bonilla y su fiel acólito Juan Marín se cogían de la mano
para dar una supuesta imagen de estabilidad y esquivaban hablar de lo
importante, que no son sus sillones y su permanencia en ellos, sino la
ciudadanía, la gestión y la salida de la crisis. En Andalucía, el Gobierno está
noqueado y dedicado desde hace meses a sus líos internos como lo fueron las
remodelaciones de la pasada Navidad, el nombramiento de altos cargos y un aumento
de las delegaciones y del personal político en cada provincia.
El presidente y su vicepresidente comparecían de la mano para no
decir nada sobre ayudas a autónomos, ni cómo salvar a la hostelería, esa que le
dice que los 1.000 euros son una risa, tampoco decían nada sobre el comercio,
el turismo o sobre la asistencia médica presencial.
En la comparecencia, convocada con la máxima urgencia, esperábamos
escuchar buenas noticias y medidas serias a adoptar en cuanto al proceso de
vacunación, al normal funcionamiento de los centros de salud o a la
reactivación de la economía, pero no. Sólo nos hablaron de sus ombligos. El presidente
y vicepresidente escenificaron una sola certeza, esa que reconoce un dicho
popular de “el que se excusa, se acusa” dejando sobre la mesa que el verdadero
problema de Andalucía es su gobierno.
El de Moreno Bonilla es un ejecutivo inestable al que maneja la ultraderecha mientras él anda metido en los líos internos de su partido al tiempo que Ciudadanos se desintegra. Eso no es bueno para Andalucía que necesita de un gobierno solvente. Sus jaleos están perjudicando seriamente a nuestra comunidad autónoma que trata de buscar una salida a esta crisis. Desoye permanentemente a los alcaldes y alcaldesas, a los comerciantes, empresarios, autónomos, personal sanitario…. a todo el mundo porque sólo están para aferrarse a un sillón desde el que nos están llevando a la deriva.
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