La pandemia y sus terribles efectos han ensombrecido la
celebración de los 40 años de autonomía andaluza y lo que hemos conseguido
hasta ahora. Pese a las circunstancias, el 28F es un día para rememorar la
lucha y, ahora especialmente, para pensar que hay esperanza y que no debemos
conformarnos con lo impuesto hace dos años por las derechas que se unieron para
evitar que se cumpliera lo que habían decidido los andaluces y andaluzas: que
gobernara el PSOE, la fuerza más votada. Es momento, entonces, de volver a
levantarnos y expresar que no queremos esta injusticia y que no nos van a
volver a someter a sus mentiras y que no toleramos sus políticas de desigualdad
entre iguales.
Y es que la bandera de las derechas es la de la desigualdad. Es su
carta de presentación en Andalucía y en Almería. Tan sólo hay que pensar en lo
que ha pasado en estos dos años en los que las promesas se han convertido en
engaños, los anuncios en muestras de populismo y contradicción con los que
Moreno Bonilla y su equipo nos han vuelto a castigar, especialmente, durante
los últimos días.
El presidente andaluz prometía hace tan solo unas semanas que la licitación del tan esperado hospital de Roquetas de Mar se haría a finales de febrero y, poco después, en el tradicional ejercicio de autocorrección de este gobierno de PP y Cs, se posponía el momento para finales de año
Pongamos algún ejemplo. El presidente andaluz prometía hace tan
solo unas semanas que la licitación del tan esperado hospital de Roquetas de
Mar se haría a finales de febrero y, poco después, en el tradicional ejercicio
de autocorrección de este gobierno de PP y Cs, se posponía el momento para
finales de año. Pasaba de principios a final de año en cuestión de días. Esto,
además de ser una falta de previsión en la gestión y de conocimiento de la
realidad, es una falta de respeto a la ciudadanía Almería que cuenta ya con una
trayectoria considerable de palos cada vez que la derecha ha gobernado. Este
cambio de planes provocará que el hospital no esté listo para esta legislatura,
lo que viene a sumar un nuevo incumplimiento de Moreno Bonilla y del presidente
del PP provincial y alcalde roquetero, Gabriel Amat, con Almería.
Pero como una mentira parece poco para el PP y Cs, se arrancaron,
en la misma semana, con una segunda falsedad. Nos arrebatan, nuevamente, la
esperanza de una obra clave para los almerienses -que dejó en concurso el
anterior Gobierno socialista en la Junta- como es la construcción de un nuevo
edificio de consultas externas en Torrecárdenas que, de no haber puesto su mano
Moreno Bonilla, de no haberlo paralizado, hoy estaría terminándose y a punto de
entrar en servicio.
No lo digo yo. Todas estas malas noticias han sido confirmadas
oficialmente por el consejero de Salud en el Parlamento andaluz y ponen de
manifiesto que la derecha es infalible en algo, en mentir y mal gestionar lo
público. No saben trabajar y no les importa las consecuencias que esto pueda
traer consigo. Las derechas juegan con las expectativas y necesidades de la
provincia que, lejos de ser “mimada” como decía la delegada del Gobierno,
vuelve a ser castigada y marginada. Moreno Bonilla sigue la estela de Mariano
Rajoy que mantuvo a esta tierra cerca de ocho años fuera del mapa en el que le
ha vuelto a situar, desde Madrid, el Gobierno de España.
Moreno Bonilla falta a su palabra con Almería y tiene como cómplices a Ciudadanos, a los parlamentarios y parlamentarias provinciales y a sus socios de la ultraderecha que son quienes le marcan la agenda; un dietario que pasa por impulsar el veto parental y recortar derechos, en lugar de defender la igualdad de los territorios y la defensa de los intereses generales de la ciudadanía.
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