La palabra de Moreno Bonilla no vale nada

Juan Carlos
Pérez Navas

La pandemia y sus terribles efectos han ensombrecido la celebración de los 40 años de autonomía andaluza y lo que hemos conseguido hasta ahora. Pese a las circunstancias, el 28F es un día para rememorar la lucha y, ahora especialmente, para pensar que hay esperanza y que no debemos conformarnos con lo impuesto hace dos años por las derechas que se unieron para evitar que se cumpliera lo que habían decidido los andaluces y andaluzas: que gobernara el PSOE, la fuerza más votada. Es momento, entonces, de volver a levantarnos y expresar que no queremos esta injusticia y que no nos van a volver a someter a sus mentiras y que no toleramos sus políticas de desigualdad entre iguales.

Y es que la bandera de las derechas es la de la desigualdad. Es su carta de presentación en Andalucía y en Almería. Tan sólo hay que pensar en lo que ha pasado en estos dos años en los que las promesas se han convertido en engaños, los anuncios en muestras de populismo y contradicción con los que Moreno Bonilla y su equipo nos han vuelto a castigar, especialmente, durante los últimos días.

El presidente andaluz prometía hace tan solo unas semanas que la licitación del tan esperado hospital de Roquetas de Mar se haría a finales de febrero y, poco después, en el tradicional ejercicio de autocorrección de este gobierno de PP y Cs, se posponía el momento para finales de año

Pongamos algún ejemplo. El presidente andaluz prometía hace tan solo unas semanas que la licitación del tan esperado hospital de Roquetas de Mar se haría a finales de febrero y, poco después, en el tradicional ejercicio de autocorrección de este gobierno de PP y Cs, se posponía el momento para finales de año. Pasaba de principios a final de año en cuestión de días. Esto, además de ser una falta de previsión en la gestión y de conocimiento de la realidad, es una falta de respeto a la ciudadanía Almería que cuenta ya con una trayectoria considerable de palos cada vez que la derecha ha gobernado. Este cambio de planes provocará que el hospital no esté listo para esta legislatura, lo que viene a sumar un nuevo incumplimiento de Moreno Bonilla y del presidente del PP provincial y alcalde roquetero, Gabriel Amat, con Almería.

Pero como una mentira parece poco para el PP y Cs, se arrancaron, en la misma semana, con una segunda falsedad. Nos arrebatan, nuevamente, la esperanza de una obra clave para los almerienses -que dejó en concurso el anterior Gobierno socialista en la Junta- como es la construcción de un nuevo edificio de consultas externas en Torrecárdenas que, de no haber puesto su mano Moreno Bonilla, de no haberlo paralizado, hoy estaría terminándose y a punto de entrar en servicio.

No lo digo yo. Todas estas malas noticias han sido confirmadas oficialmente por el consejero de Salud en el Parlamento andaluz y ponen de manifiesto que la derecha es infalible en algo, en mentir y mal gestionar lo público. No saben trabajar y no les importa las consecuencias que esto pueda traer consigo. Las derechas juegan con las expectativas y necesidades de la provincia que, lejos de ser “mimada” como decía la delegada del Gobierno, vuelve a ser castigada y marginada. Moreno Bonilla sigue la estela de Mariano Rajoy que mantuvo a esta tierra cerca de ocho años fuera del mapa en el que le ha vuelto a situar, desde Madrid, el Gobierno de España.

Moreno Bonilla falta a su palabra con Almería y tiene como cómplices a Ciudadanos, a los parlamentarios y parlamentarias provinciales y a sus socios de la ultraderecha que son quienes le marcan la agenda; un dietario que pasa por impulsar el veto parental y recortar derechos, en lugar de defender la igualdad de los territorios y la defensa de los intereses generales de la ciudadanía.

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