En su afán propagandístico desmedido, el equipo de Gobierno del PP
de Vera, y algún concejal de forma más reiterada, ha rebasado a menudo la
frontera del esperpento. Es decir, no se trata de una novedad, pero, en el caso
de referencia, a ello se suma además un agravante que, ya sea por
desconocimiento de quienes gestionan las redes sociales, o por meritoriaje ante
quienes se consideran los dueños del cortijo, resulta muy preocupante.
¿Qué hace un ayuntamiento dando publicidad a un negocio privado a
través de los recursos que pagan todos los vecinos y vecinas? Así planteada la
pregunta, de manera automática debería surgir un contundente ‘nada’ como
respuesta. Es lo lógico, lo obligado y debería ser lo normal cuando lo normal
es gestionar lo público y no valerse de ello para figurar, posar y anteponer
las vanidades a la responsabilidad que se asume y por la que se recibe un
sueldo, que en el caso del alcalde y los concejales del PP de Vera son muy
generosos.
Hace tan solo unos días, en la página de Facebook del
Ayuntamiento, es decir, en la réplica de la de Populares de Vera -que en eso la
han convertido-se compartía un publirreportaje publicado en un diario de tirada
nacional pagado por una empresa privada que, mediante la compra de papeletas,
sorteaba un apartamento en Vera.
Un publirreportaje, como tal se especificaba en el periódico, que
dicho negocio ha pagado para publicitarse e intentar ganar más dinero, su fin
último y que, mientras esté dentro de la normativa vigente, no es reprochable.
Lo que sí lo es, y mucho, es que un ayuntamiento colabore en los planes de la
empresa con el fin de hacer creer que la elección de Vera no obedece a sus
innegables atractivos turísticos.
Lo que subyace es el intento, una vez más, de atribuirse como
equipo de gobierno hasta el sol y las playas que estaban antes de que gobernara
el PP y estarán después. Es tan ridículo tratar de vanagloriarse con semejante
artimaña que solo cabe la vergüenza ajena. Como se decía, no es la primera vez,
aunque esta resulte especialmente lamentable por las implicaciones privadas que
tiene.
En el pasado verano, tras la emisión en Canal Sur de una pieza sobre la campaña turística en Vera, se alardeaba en las redes sociales de la atención que merecía el municipio por parte de la televisión pública andaluza. Se dejaba entrever que la gestión atraía a los medios para dar cobertura a esos actos. Lo que no se compartía en las redes era el contrato de varios miles de euros que costaba la ‘ronda’ de Canal Sur y que, como todas, pagan todos los veratenses, aunque no salgan en la tele ni en las fotos.
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