Marruecos le gana a Almería la guerra del tomate

Antonio Fernández
La Voz

El acceso a los mercados comunitarios de productos agroalimentarios que llegan desde países terceros se ha convertido en un escenario en el que, a semejanza con el fútbol, menudean los despejes ‘al patadón’ cuando surgen las dificultades.

Algo así está ocurriendo cuando los almerienses se quejan de la excesiva permeabilidad de las fronteras a la llegada del tomate de Marruecos, porque compite en los periodos de comercialización con las empresas y los productores de la provincia y porque el volumen de producto exportado desde el reino alauita no ha dejado de crecer en las últimas campañas, hasta el punto de que ya supera al de la provincia almeriense. 

El último episodio ha sido el protagonizado por la eurodiputada Clara Aguilera que, haciéndose eco de las quejas del sector, interpeló a la Comisión Europea sobre el cumplimiento de los contingentes y los controles que se aplican para garantizar ese cumplimiento. 

La respuesta de la Comisión no ha podido ser más ‘tibia’, ya que se limita a informar de que el artículo 3 bis del Reglamento (CE) n.º 747/2001 del Consejo , modificado por el Reglamento de Ejecución (UE) n.º 812/2012 de la Comisión, “establece disposiciones especiales sobre la gestión de los contingentes arancelarios de tomates originarios de Marruecos”. 

Añade que, según ese reglamento, el volumen total puede acogerse a los contingentes arancelarios preferenciales asciende a 257.000 toneladas. Además, hay un contingente arancelario adicional de 28.000 toneladas para el período comprendido entre noviembre y mayo.

A partir de ese volumen indica que “cualquier volumen que exceda de los límites mensuales y totales de los contingentes arancelarios no se beneficiará del trato preferencial, sino que estará sujeto al derecho de aduana normal, fuera del contingente”. 

Pero la cuestión es que a partir de ahí la Comisión ‘se lava las manos’ porque entiende que el control aduanero y el pago de esos derechos por la importación es cosa de cada uno de los países de destino, un control que según Andrés Góngora, responsable a nivel nacional de Frutas y Hortalizas de Coag “en la mayor parte de los casos no se está realizando porque no hay una verdadera voluntad y porque reciben las presiones desde Marruecos”. 

Según los datos expuestos en Bruselas por Aguilera, las exportaciones de tomate de Marruecos a la UE mantienen una tendencia creciente, previéndose que superen las 500.000 toneladas en esta campaña 2020-2021, frente al contingente previsto en el Acuerdo de Asociación UE-Marruecos de 285.000 toneladas. 

Advierte ya se duplicó ese contingente en la pasada campaña, rondando el medio millón de toneladas, lo que supuso que, por primera vez en la historia, a los mercados europeos llegó más tomate marroquí que tomate almeriense. 

La eurodiputada plantea a la CE, “¿por qué se están permitiendo estos incrementos de las importaciones y, por tanto, el incumplimiento del contingente previsto sin arancel en plena campaña en Andalucía?”. 

Para las organizaciones agrarias almerienses esta realidad supone un riesgo grave para el cultivo del tomate en la provincia “porque terceros países meten lo que quieren en Europa, y si no exportan más es porque no tienen más; esto es un coladero”, señala Andrés Góngora. 

Para Coag, una cuestión peliaguda porque al inhibirse Bruselas en favor de los países “no hay un control efectivo”. Esa situación dio lugar a una demanda ante la Oficina de Lucha contra el Fraude (OLAF) de la UE “pero nos tememos que puede tardar años en emitir un dictamen”.

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