La Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, arraigada en Almería, aunque con proyección internacional, acaba de publicar un libro que se convertirá en un importante hito en los estudios andalusíes y, por ello, es para nosotros un orgullo publicarlo desde nuestra Fundación y hacerlo desde Almería.
Nos referimos a la "Historia socioeconómica de Alandalús", la
obra cumbre del Profesor Chalmeta, el mayor especialista en la materia, con la
colaboración en la numismática de Tawfiq Ibrahim, el creador de la prestigiosa
colección Tonegawa de numismática andalusí, todo un referente para los
interesados en la materia.
El libro trata de averiguar
documentalmente, desde dentro, cómo fue Alandalús. Ello impone estudiar y
comprender cómo evolucionó, cuáles fueron sus recursos materiales, qué
estructuras empezaron a regir, qué modelos se pretendió seguir y cuál fue la
meta que se quiso alcanzar. Todo ello enfocado a aportar materiales para la
elaboración de esa historia total a la que todos aspiramos. Intenta conseguir
una mejor comprensión del funcionamiento interno de la formación andalusí, de
sus estructuras, procesos e instituciones, para formarse una imagen global de
la faceta socioeconómica de Alandalús durante la época omeya.
Reproducimos a continuación parte del prólogo del libro:
Desgraciadamente, cuanto se refiere o relaciona con Alandalús padece las secuelas de un ‘bipartidismo’ ideológico. Por motivos viscerales, interesada ‘corrección política’, o afán de medro, variable según los individuos y coyunturales coordenadas espacio-temporales del momento, los de un bando están empeñados en erradicar del mapa y ‘demostrar’ lo pernicioso del devenir histórico de una entidad que los otros quieren ensalzar como impecable paraíso perdido... Maniqueísmo deformante que engendra una imagen totalmente negra –o de un blanco impoluto– que ocultan los claroscuros de la pasada realidad de este fragmento de nuestra historia. Me precio de no estar encuadrado, ni militar, en ninguna de ambas facciones. Al no aspirar ni querer demostrar nada –no estamos en un juicio donde haya de probarse quién es el responsable/culpable–, me trae sin cuidado si fueron ‘buenos’ o ‘malos’. Mi modesto anhelo es de otra índole: se cifra en tratar de averiguar documentalmente, desde dentro, cómo fue Alandalús durante determinado período.
Ello impone estudiar y
comprender cómo se inició dicha evolución, cuáles fueron sus recursos
materiales, qué estructuras empezaron a regir, qué modelos se pretendió seguir
y cuál la meta que se quiso alcanzar. Todo ello enfocado a aportar materiales
para la elaboración de esa historia total a la que todos aspiramos.
Desde una lejana (1967)
primera incursión en el campo de la historia socioeconómica no he dejado –con
fases de mayor o menor intensidad– de intentar conseguir una mejor comprensión
del funcionamiento interno de la formación andalusí, interés que me llevó a
interrogarme profesionalmente –como docente e investigador– sobre diversas
estructuras, procesos e instituciones, estudios cuyos resultados se plasmaron
en monografías, artículos, comunicaciones y ponencias en congresos. Pese a su
volumen y posible importancia, estas publicaciones eran simples aportaciones
puntuales que no permitían formarse una imagen global de la faceta
socioeconómica de Alandalús durante la fase omeya. No terminaban de satisfacer
plenamente la cuestión de cómo surgió esta nueva entidad, cómo se estructuró y
cómo evolucionó. Era preciso ordenar y sistematizar los datos para integrarlos
en una Aproximación a la historia socioeconómica de Alandalús: desde la
conquista al final del período califal, que completase la historia política.
Para ello se ha procurado no afirmar nada que no estuviese documental o, cuando menos, indicialmente probado y suponer lo menos posible. Pero, según iba avanzando y tratando de llevar a buen término esta tarea, topé con las considerables lagunas derivadas del carácter fragmentario resultante de un enfoque, en sus inicios, predominantemente cronístico-jurídico, unido a escasos conocimientos en materia de arqueología y de numismática. Consciente de que no podía aspirar a cubrir adecuadamente dichos campos, lo único viable era recurrir a la colaboración de especialistas que sí los dominasen: M. Acién, P. Cressier, T. Ibrahim. Este último, creador de la colección Tonegawa, indiscutido conocedor, y experto, de las acuñaciones andalusíes, es autor de todo lo numismático. Así mismo, leyó (haciendo atinadas observaciones) toda la ‘parte socioeconómica’. Los gráficos reproducen los publicados por T. Ibrahim y S. Gaspariño.
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