Pedro Chalmeta publica "Historia socioeconómica de Alandalús"

Fundación Ibn Tufayl
de Estudios Árabes

La Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, arraigada en Almería, aunque con proyección internacional, acaba de publicar un libro que se convertirá en un importante hito en los estudios andalusíes y, por ello, es para nosotros un orgullo publicarlo desde nuestra Fundación y hacerlo desde Almería.

Nos referimos a la "Historia socioeconómica de Alandalús", la obra cumbre del Profesor Chalmeta, el mayor especialista en la materia, con la colaboración en la numismática de Tawfiq Ibrahim, el creador de la prestigiosa colección Tonegawa de numismática andalusí, todo un referente para los interesados en la materia.

El libro trata de averiguar documentalmente, desde dentro, cómo fue Alandalús. Ello impone estudiar y comprender cómo evolucionó, cuáles fueron sus recursos materiales, qué estructuras empezaron a regir, qué modelos se pretendió seguir y cuál fue la meta que se quiso alcanzar. Todo ello enfocado a aportar materiales para la elaboración de esa historia total a la que todos aspiramos. Intenta conseguir una mejor comprensión del funcionamiento interno de la formación andalusí, de sus estructuras, procesos e instituciones, para formarse una imagen global de la faceta socioeconómica de Alandalús durante la época omeya.

Reproducimos a continuación parte del prólogo del libro:

Desgraciadamente, cuanto se refiere o relaciona con Alandalús padece las secuelas de un ‘bipartidismo’ ideológico. Por motivos viscerales, interesada ‘corrección política’, o afán de medro, variable según los individuos y coyunturales coordenadas espacio-temporales del momento, los de un bando están empeñados en erradicar del mapa y ‘demostrar’ lo pernicioso del devenir histórico de una entidad que los otros quieren ensalzar como impecable paraíso perdido... Maniqueísmo deformante que engendra una imagen totalmente negra –o de un blanco impoluto– que ocultan los claroscuros de la pasada realidad de este fragmento de nuestra historia. Me precio de no estar encuadrado, ni militar, en ninguna de ambas facciones. Al no aspirar ni querer demostrar nada –no estamos en un juicio donde haya de probarse quién es el responsable/culpable–, me trae sin cuidado si fueron ‘buenos’ o ‘malos’. Mi modesto anhelo es de otra índole: se cifra en tratar de averiguar documentalmente, desde dentro, cómo fue Alandalús durante determinado período.

Ello impone estudiar y comprender cómo se inició dicha evolución, cuáles fueron sus recursos materiales, qué estructuras empezaron a regir, qué modelos se pretendió seguir y cuál la meta que se quiso alcanzar. Todo ello enfocado a aportar materiales para la elaboración de esa historia total a la que todos aspiramos.

Desde una lejana (1967) primera incursión en el campo de la historia socioeconómica no he dejado –con fases de mayor o menor intensidad– de intentar conseguir una mejor comprensión del funcionamiento interno de la formación andalusí, interés que me llevó a interrogarme profesionalmente –como docente e investigador– sobre diversas estructuras, procesos e instituciones, estudios cuyos resultados se plasmaron en monografías, artículos, comunicaciones y ponencias en congresos. Pese a su volumen y posible importancia, estas publicaciones eran simples aportaciones puntuales que no permitían formarse una imagen global de la faceta socioeconómica de Alandalús durante la fase omeya. No terminaban de satisfacer plenamente la cuestión de cómo surgió esta nueva entidad, cómo se estructuró y cómo evolucionó. Era preciso ordenar y sistematizar los datos para integrarlos en una Aproximación a la historia socioeconómica de Alandalús: desde la conquista al final del período califal, que completase la historia política.

Para ello se ha procurado no afirmar nada que no estuviese documental o, cuando menos, indicialmente probado y suponer lo menos posible. Pero, según iba avanzando y tratando de llevar a buen término esta tarea, topé con las considerables lagunas derivadas del carácter fragmentario resultante de un enfoque, en sus inicios, predominantemente cronístico-jurídico, unido a escasos conocimientos en materia de arqueología y de numismática. Consciente de que no podía aspirar a cubrir adecuadamente dichos campos, lo único viable era recurrir a la colaboración de especialistas que sí los dominasen: M. Acién, P. Cressier, T. Ibrahim. Este último, creador de la colección Tonegawa, indiscutido conocedor, y experto, de las acuñaciones andalusíes, es autor de todo lo numismático. Así mismo, leyó (haciendo atinadas observaciones) toda la ‘parte socioeconómica’. Los gráficos reproducen los publicados por T. Ibrahim y S. Gaspariño.

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