El pasado año, en los momentos más complicados del inicio de la pandemia, mantuve junto a un buen número de alcaldes varias reuniones virtuales con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que se comprometió a liberar un fondo de 3.000 millones de euros para las Entidades Locales, así como una partida de 300 millones para compensar a las empresas de transporte público urbano por las pérdidas derivadas de la pandemia. Una promesa que fue confirmada posteriormente en varias ocasiones por la portavoz gubernamental, María Jesús Montero. Pero ha pasado ya un año y el gobierno de PSOE-PODEMOS no ha sido capaz de cumplir su promesa.
De hecho, a día de hoy el Ayuntamiento de Almería no ha recibido del gobierno ni un solo euro en concepto de ayudas COVID. Ni uno. Es verdad que se liberaron los remanentes y que se eliminaron las reglas fiscales para permitir el uso de los ahorros propios, pero esas medidas fiscales no han servido para todos los ayuntamientos, porque los que no contaban con superávit no han podido afrontar esta difícil situación. Afortunadamente no es el caso de Almería, que gracias a una gestión municipal económica prudente y bien planificada, muy alejada del populismo financiero que defienden otros partidos expertos en paralizar económicamente las instituciones en las que gobiernan, está pudiendo afrontar con mayor margen el brutal incremento de los gastos y la tremenda bajada de ingresos como consecuencia de la paralización de la actividad económica causada por la pandemia. Pero conviene recordar que, por muy bien que se gestione, los recursos del Ayuntamiento de Almería no son ilimitados y necesitamos con urgencia los fondos prometidos tantas veces por el Gobierno de España. Sin embargo, las noticias que tenemos al respecto no pueden ser más negativas. Acabamos de conocer que el Ministerio de Hacienda no dará ayudas, incluida la del fondo de transporte, hasta el próximo verano. Y eso, con suerte.
Pero si ese dinero no llega pronto, la situación del transporte público puede ser muy grave porque el sector se ha desplomado y no sólo por las consecuencias propias de la pandemia, sino porque ha habido reglas que han prohibido su uso habitual y se ha limitado mucho su aforo. El transporte público es un elemento de cohesión urbana y social en todas las ciudades y constituye la base de la movilidad pública. Y no es coherente que el mismo gobierno que pretende abanderar en exclusiva la defensa de las personas más vulnerables abandone al medio de transporte popular que conecta y une nuestros barrios mientras dedica millones de euros a rescatar compañías aéreas en Venezuela.
Por eso quiero insistir en algo que he venido diciendo en esas reuniones: cumplan con sus compromisos y ayuden a que los ayuntamientos sigamos ayudando. Almería necesita que el Gobierno libere de una vez esos fondos COVID para seguir ampliando la cobertura social a las personas que más lo necesitan, reactivar la economía y echar una mano a todas las personas que se han visto afectadas por esta pandemia. Y mantendré este recordatorio hasta que se cumpla con lo acordado, aunque eso moleste a los que defienden a su partido antes que a su ciudad.
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