Hace 10 años la sociedad española nos dio una lección de civismo y movilización social que removió los cimientos de nuestra política. Miles de jóvenes se echaron a las calles al grito de “Democracia Real Ya” y reclamaron que no se les olvidara. 10 años después la juventud se sigue enfrentando a un futuro incierto y desde las Administraciones Públicas se les debe dar respuesta.
El 15M movilizó a los jóvenes en la defensa de un futuro digno, con empleo de calidad y acceso a una vivienda asequible. Todo esto unido a una censura a los partido tradicionales de la democracia española y el surgimiento de nuevas formaciones políticas. Todos aún debemos seguir respondiendo ante aquellos que nos reclamaban una política transparente, valiente y en defensa de los intereses comunes. Los jóvenes de nuestro país son víctimas de dos crisis terribles, la de 2008 y la actual de la COVID19.
Y no podemos permitir que de nuevo los más vulnerables y quienes van a sostener el futuro de nuestro país pasen de nuevo por el infierno de la inseguridad, la falta de empleo o el exilio económico. Algo fundamental hemos aprendido en estos diez años: las políticas de recortes y austeridad solo llevan a la miseria a los que ya tenían poco y empobrecen a la clase media. Se recortaron servicios públicos como los sanitarios y la asistencia social, se devaluaron los salarios, se abarató el despido y el paro se disparó, bajo el gobierno popular de Mariano Rajoy, al 27%.
El actual Gobierno de España ha entendido que las políticas de expansión económica son la mejor forma de evitar una nueva oleada de despidos, desahucios y abandono a los que más nos necesita.
Nuestros jóvenes son uno de los colectivos que peor están pasando la crisis y que más les está costando superarla: el paro y la precariedad laboral no les permite independizarse, hacer su proyecto de vida en nuestra ciudad y muchos se ven obligados a emigrar privándonos de su talento.
Otro problema añadido para muchos jóvenes almerienses es el acceso a una vivienda digna porque carecen de ingresos suficientes; jóvenes, que aunque tienen un trabajo, este es precario, impidiéndoles independizarse y emprender su propio proyecto. También hay familias con hijos pequeños o adolescentes y que llegan a final de mes con grandes dificultades, muchas veces deben elegir entre pagar el alquiler o comer. O mujeres que quieren liberarse del maltrato de su pareja y no pueden pagar un alquiler. También personas mayores con baja pensión y familias que han sufrido desahucios.
Es el Ayuntamiento de Almería el que debe tener un papel decisivo en la so-lución de estos problemas. Y por eso desde el Partido Socialista hemos exigido al alcalde y le hemos presentados varias iniciativas para el fomento del alquiler a los jóvenes y a familias vulnerables, así como un Plan de Empleo Municipal que dé respuesta a los 23.344 parados que tenemos en la capital. Una ciudad que quiera tener un futuro basado en la igualdad entre sus veci-nos no puede permitirse estas cifras de desempleo ni que la juventud no tenga un acceso fácil y digno a la vivienda o a un empleo de calidad y bien remunerado.
10 años después del 15M los jóvenes de Almería se siguen enfrentando a los mismos problemas y a las mismas precauciones. No podemos volver a decepcionarlos. Ellos deben ser los protagonistas de la recuperación eco-nómica y el futuro de esta ciudad. Escuchémosles.
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