Comenzamos un mes de junio
marcado en Andalucía no sólo por el estancamiento de los contagios en nuestra comunidad
y el riesgo que esto supone ante la inminente campaña turística, sino también
por las muestras de incapacidad que ofrece el Gobierno andaluz a la hora de
afrontar la gestión sanitaria y las medidas que han de implementarse para impulsar
la recuperación económica en nuestra tierra.
En este contexto de caos en el
que se desenvuelve Moreno Bonilla, el Gobierno andaluz sufría un nuevo revés,
una estrepitosa derrota, durante la tramitación de la Ley de Urbanismo por su
dependencia de Vox, en una demostración vergonzante de quién tiene realmente la
sartén por el mango; o dicho de otra manera, de quién está realmente al mando.
Fruto de haber vendido el
presidente andaluz su mandato y su alma a la ultraderecha, que cada vez que
quiere llama a la puerta de San Telmo para cobrarse su apoyo, la dependencia de
PP y Ciudadanos de Vox está generando el estancamiento de proyectos, el freno a
la salida de las crisis sanitaria y económica y una gran inestabilidad en toda
la comunidad.
Andalucía está sufriendo las
consecuencias de un presidente quemado, atado de pies y manos por la
ultraderecha cada vez que a Vox se le antoja, que se refugia en la constante
confrontación con el Gobierno central como única hoja de
ruta y que deja tras de sí un incremento de la tasa de incidencia en nuestra
comunidad con la consecuente marcha atrás en la desescalada.
De tal manera que Moreno Bonilla
ha pasado de pedir que continuara el estado de alarma a no imponer
prácticamente ninguna restricción y, sin solución de continuidad, a tener que
echar el freno.
El presidente de la Junta sigue
demostrando de esta manera que solo es capaz de arbitrar respuestas desde la prepotencia
y el menosprecio, negándose a dialogar con la oposición mientras se afana en
contentar a la ultraderecha.
Andalucía afronta, como el resto de comunidades autónomas, un momento trascendental con la gestión de los fondos europeos para la recuperación que ha conseguido el Gobierno de España. Sin embargo, nuestra comunidad no está en condiciones de liderar la recuperación urgente que demanda y necesitan nuestros sectores productivos debido a la inestabilidad que presenta el gobierno de Moreno Bonilla, que de la mano de la ultraderecha hace tiempo que emprendió un viaje hacia ninguna parte.
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