En el día de ayer fue enterrado en el cementerio de su ciudad
natal (Cuevas del Almanzora) Andrés Santos Soler González, a la
edad de 54 años, pues había venido al mundo en 1966. Desde niño había
demostrado una inteligencia fuera
de lo común para los estudios y un amor por el conocimiento de los
animales y los fósiles que rayaba en lo inaudito.
Su expediente académico siempre fue de excelencia. En 1986, tres años antes de finalizar su licenciatura, ingresó en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y comenzó su formación como investigador en el área de análisis de secuencias de proteínas. En 1990 escribe su memoria de licenciatura sobre el desarrollo de un nuevo método de análisis predictivo de estructura de proteínas integrales de membrana, y poco después comienza la tesis doctoral, dedicada al desarrollo de nuevas métodos para la predicción de estructura secundaria de proteínas. En esos años obtiene el título de Experto Universitario en Biocomputación (Técnicas computacionales para el estudio del Genoma). Y en 1994 consigue el título de Doctor en Ciencias Biológicas y más tarde el Premio Extraordinario de Doctorado.
A partir de
entonces se trasladó al Reino Unido, donde trabajó en el Departamento de Química de la Universidad de Cambridge (en
la Unidad para el Diseño y Función de Proteínas del Consejo de Investigaciones
Médicas) y en el Centro de
Ingeniería de Proteínas de Cambridge, investigando el plegamiento de
proteínas mediante técnicas de biología molecular, dicroismo circular y
librerías peptídicas.
En la Universidad de Granada participó después en varios proyectos de investigación, empleando librerías sustractivas para la obtención de secuencias expresadas diferencialmente, y el análisis de secuencias para su caracterización estructural y funcional. Impartió docencia en asignaturas como Biología Molecular, Bioquímica, Ingeniería Genética e Ingeniería de Proteínas. Durante su carrera publicó en diversas revistas internacionales de prestigio como los Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, Biochemistry, European Journal of Biochemistry o Applied and Environmental Microbiology.
La separación de la que fue su compañera durante muchos años le produjo una depresión, de la que no supo salir, y regresó a Cuevas para pasar un año sabático con su familia y descansar. Fue entonces cuando entró en contacto con Arráez Editores y se predispuso a realizar la hazaña de escribir un libro sobre la historia del Árbol de la Vida, proyecto que apoyó y financió en parte el Ministerio de Cultura y que vio la luz en 2017. El libro se presentó en Cuevas del Almanzora (con el Teatro local a reventar) y en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, donde un nutrido grupo de profesores de Química, Bioquímica y Biología, le dieron un aplauso de varios minutos y le preguntaron de todo y a todo contestó como un dios en esa materia. Este libro, titulado “EL SUEÑO DE DARWIN. Genómica y Árbol de la Vida”, con casi 500 páginas, lo escribió en el plazo de un año. Expertos universitarios comentaron aquella noche, que el trabajo recogido en este libro, en relación a las filogenias moleculares, no lo podría haber hecho nunca en menos de cinco años ni siquiera un equipo de investigadores de alto nivel, pero él lo hizo solo y en año.
Meses después de la presentación sufrió una recaída en lo que ya era una enfermedad depresiva, y cuando finalmente se sometió a un tratamiento eficaz que le podía hacer volver al mundo universitario y de la investigación, le ha sobrevenido, semanas atrás, un iptus del que no ha podido salir.
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