Todo es
posible cuando a la mente no le pones límite, expresión del coautor de Minas,
cables, ferrocarriles, fundiciones y embarque de minerales. Bédar, Los
Gallardos, Garrucha, Mojácar y Turre (1840-1970).
En agosto está previsto el rodaje de Indiana Jones 5. Nuestro personaje, inglés, residente en El Pinar (Bédar) desde 2013, nada tiene que envidiar a los personajes que dirige Steven Spielberg. Solo le falta el látigo. El general Marcos Llago Navarro me descubrió al aventurero de Bédar. Llago, actualmente en el Cuartel General de Alta Disponibilidad de la OTAN en Valencia, me dijo que conocía a una persona muy cualificada y que tenía conocimiento “de todo”. Ese aventurero, tipo indiana, es minero, ingeniero, astrónomo, ilustrador, diseñador de carros de combate, deportista (campeón de levantamiento de pesas en su país), la persona completa que nada se le resiste por su inteligencia, autoestima, tesón y pasión que pone para superar cualquier dificultad.
Nos referimos a Andy Devey, hijo de topógrafo, nacido en 1956 en la
localidad inglesa de Wakefield, centro administrativo del condado de West
Yorkshire. Llegó a Almería en 2011 para asentarse en El Fonte,
barriada de Uleila del Campo, próxima a Sorbas y Lubrín, junto al restaurante
Albar&Casona Granado de Clayton, en El Pilar. Dos años después, nuestro
personaje, en 2013, se trasladó a Bédar. Su lema y forma de vida es:
“Todo es posible cuando a la mente no le pones límite”.
El libro les ha costado 20 años de trabajo y sacrificio a Andy Devey y a Juan Antonio Soler Jódar, de origen familiar en la ciudad de Bédar y con trabajo de médico en Francia. El libro, en inglés y castellano, explica el desarrollo tecnológico durante el periodo 1840-1970. Se distribuirá por organizaciones mineras de Reino Unido como el Institute of Minerals, Materials and Mining. Se trata de un proyecto original. El diseño del libro está inspirado en los últimos desarrollos tecnológicos, avanzando progresivamente hasta su formato final bajo la guía experta del editor Juan Grima Cervantes.
La obra contiene cerca de 500
ilustraciones (muchas de ellas inéditas) en un volumen de gran formato de 384
páginas. También se incluyen interpretaciones de fotografías antiguas
iluminadas y dibujos, que, elaborados por los propios autores, para mostrar
cómo fueron las cosas y hasta que punto llegaron los logros tecnológicos entre
los años 1840 y 1970. “Nuestros objetivos han sido investigar y documentar la
industrialización de esta zona, con gran lujo de detalles, incluyendo todos los
aspectos técnicos, humanos y económicos. Sinceramente creemos que no solo lo
hemos logrado, sino que hemos superado ampliamente nuestras metas iniciales.
Nuestro otro objetivo ha sido el de promover activamente el turismo minero e
industrial en la zona, por medio de publicidad, publicaciones en blogs,
presentaciones y realización y publicación de videos. Una vez impresos, los
libros servirán para atraer más turismo al área, ya que también se presentará a
nivel mundial a través del Instituto de Materiales, Minerales y Minería”,
destacan. “El libro es el legado que dejo a Almería”, comenta una persona
orgullosa de la publicación. Participó en la huelga minera de Yorkshire. Se
acogió a una prejubilación y aprendió a dibujar y diseñar tanques de guerra,
carros de combate, tomando como modelo el Jagdtiger, “el más grande y poderoso
durante la II Guerra Mundial”.
Los
ingleses siempre han tenido muy buen olfato para los negocios. Desde 1525
se tiene constancia de la explotación de minas de hierro en Bédar. En 1896 se construyó un nuevo
ferrocarril minero de vía estrecha de 17,5 km de longitud. Las instalaciones de
carga de los vapores hasta 1930 eran muy rudimentarias y miles de hombres y
niños desafiaron el mar en barcazas de cuatro toneladas para cargar los barcos
de vapor anclados ante la costa de Garrucha y Mojácar. Los
grandes y legendarios ingenieros ingleses dejaron en la provincia túneles y
puentes que en son puestos en valor en el impagable trabajo de Soler y Devey
con una publicación ambiciosa. “En El Pinar se llegaron a sacar ocho toneladas
de plomo diaria y en algunas fotos verás la vida de los mineros con familias
enteras trabajando y con niños de apenas de nueve años trabajando duro y que da
una idea de las dificultades de la vida en el siglo XIX”.
Ambos describen sus fuentes primarias de información y presentan docenas de nuevos descubrimientos que aportan conocimiento y rigor en el ámbito de la sociología y el material gráfico inédito. Mencionan a los periódicos El Minero de Bédar y El Faro de Bédar, subrayando la importancia de esta ciudad en la historia.
Bédar homenajea de forma permanente a los mineros con un monumento situado al
pie de la calle San Gregorio, donde este periodista tuvo el privilegio de ser
pregonero de sus fiestas mayores, siendo alcalde el añorado Miguel Barón y
concejal el actual alcalde Ángel Collado, conocedor de la génesis de la
minería. La obra incluye cientos de artículos periodísticos contemporáneos,
anotaciones en diarios personales, artículos técnicos y cartas de época que se
presentan en cursiva para que la historia sea contada principalmente por los
mismos protagonistas, un formato distinto y diferente a la de la mayoría de
libros de historia. Las actividades mineras locales eran principalmente
extensivas, se extraía plomo, plata, cobre, mineral de hierro y también
cinabrio (mercurio). También se instalaron fundiciones de plomo, plantas de
calcinación y en 1860 el primer alto horno para la fabricación de hierro colado
de la provincia de Almería. La planta de lavado de minerales más grande del
mundo se construyó en la década de 1880 en El Pinar y pronto fue seguida por la
construcción del cable aéreo más largo y de mayor capacidad del planeta, que
conectaba las minas de mineral de hierro en Serena con Garrucha, completado en
agosto de 1888.
La zona sufrió la Gran Guerra, la desastrosa depresión de la década de 1930 y la más reciente crisis migratoria ocasionada por el cierre de la minería de hierro en 1970. Una de las posibilidades para reforzar la marca Bédar es la presencia de artistas internacionales afincados en las barriadas de Serena o El Pinar. La ruta del cine la ofrece, sin duda, la presencia de Orson Welles, en 1972, en la mina Mulata de Bédar que sirvió de escondite del oro en La isla del tesoro, filme basado en la novela la novela de Robert Louis Stevenson. “Creemos que nuestro libro”, afirman, “será una nueva oportunidad de unir a los pueblos, gracias a su pasado común”.
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