A los tres jóvenes los mataron unos
guardias civiles en 1981, no la Guardia Civil. En estos tiempos la tragedia no
habría ocurrido. La carta de Gámez da nuevas esperanzas. Todo reforzado con la
propuesta del catedrático Fernando Martínez López, secretario de Estado de
Memoria Democrática del Gobierno de España y exalcalde de Almería que trabaja
con su equipo jurídico para recuperar la dignidad de los tres jóvenes muertos
en la carretera de Gérgal en aquel mayo de 1981.
Francisco J. Mañas Morales, en la Universidad de Cádiz (Foto: Luis Ocaña) |
Se abre un nuevo capítulo para reparar la
memoria de las familias. La primera mujer en dirigir la Guardia Civil es la
abogada y política María Gámez Gámez (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1969). Su
sensibilidad le ha llevado en ser también la primera en contestar a las
familias de las víctimas del Caso Almería. A los muchachos los mataron unos
guardias civiles, no la Guardia Civil. Hay voces críticas del mundo de la
Universidad y de la Judicatura que opinan lo contrario con el siguiente
argumento: “Si unos guardias civiles de uniforme y de servicio asesinaron, sí
que fue la Guardia Civil y todo lo demás es escurrir el bulto para no incurrir
en nuevas responsabilidades. La carta, a la que hemos tenido acceso en
exclusiva, dice textualmente y “supone un alivio para las familias”, dijo
Francisco Javier Mañas Morales: “En contestación a su carta fechada el pasado
día 27 de abril, quiero transmitirle en primer lugar nuestro más profundo pesar
por aquellos terribles hechos que conmovieron a la sociedad española y muy
especialmente a la propia Guardia Civil, que como Institución vivió horrorizada
su protagonismo en los mismos. Nada más alejado a nuestra entrega y vocación de
servicio al pueblo español, que varios miembros de la Institución tomaron parte
en semejante episodio. La Institución como tal y, estoy seguro que a título
individual cada uno de sus miembros, se estremecieron ante tanto despropósito.
Es palpable el sufrimiento que transmite su carta, pero déjeme que comparta con
usted y esas familias, el dolor inmenso que el colectivo de Guardia Civil ha
sufrido también durante estas cuatro décadas. Entiendo que la acción reparadora
de la justicia siempre se antoja escasa cuando es tanto el dolor al que se hace
frente, pero los tribunales, a través de sus sentencias, intentan siempre traer
algo de paz y sosiego a los corazones de las víctimas y los victimarios.
Agradeciéndole su atenta carta y reiterándole nuestro sentimiento de
solidaridad con los familiares y amigos de los que sufrieron directamente las
consecuencias de aquellos hechos, reciba un cordial saludo”. “Atentamente:
Manuel Llamas Fernández, General de División, jefe del Gabinete Técnico de la
Dirección General de la Guardia Civil. Madrid, junio de 2021”.
Curiosamente, María Gámez,
se mostró enamorada de la costa de Almería. “Las Negras, en Cabo de Gata son
algunas de las favoritas en Andalucía” confesó Gámez al antropólogo y
comunicador Javier Aroca y al periodista Fernando Pérez Monguió en Cadena
SER. Gámez citó a la comandante Silvia Gil como la primera mujer en
dirigir una comandancia de la Guardia Civil en sus 177 años de historia que en
noviembre de 2020 se puso al frente de la comandancia de Teruel.
El caso Almería, terrible caso real, está
pendiente de la verdad frente a el relato oficial producido por la sentencia de
la Audiencia Provincial de 1982. Un año antes, entre la tarde del sábado 9 de
mayo de 1981 y las 6.45 del domingo, perdieron la vida el almeriense de Pechina
Juan Mañas y sus dos compañeros Luis Montero y Luís Cobo que vinieron ese fin
de semana a Almería desde Santander para asistir a la primera comunión de
Francisco Javier, hermano de Juan Mañas. Fueron detenidos por guardias
civiles en Roquetas del Mar el sábado por la tarde del 9 de mayo de 1981. En
menos de 12 horas ya estaban muertos. El hecho real es que el domingo 10 de
mayo, los tres jóvenes, aparecieron carbonizados, sobre las 6.30 de la mañana,
en la carretera de Gérgal.
El tácito silencio, el desarrollo de la
vista oral con contradicciones en todas y cada una de las intervenciones de los
11 guardias civiles en cada jornada de la vista oral y la sentencia de 1982
ofrecen datos suficientes para pensar que fue un asesinato. Hubo una falta
institucionalizada por buscar la verdad. Si antes las familias de las víctimas
tuvieron el trabajo impagable del indomable abogado acusador Darío Fernández,
en estos últimos años tienen un colaborador muy trabajador y constante en la
demanda. Se trata del belga, residente en Albacete, Carlos Bachiller Candela,
comerciante, artífice de redactar peticiones de reconocimiento y dignidad para
los tres jóvenes. “Desde hace muchos años, ha compartido nuestro sufrimiento y
nos ha apoyado en todas las iniciativas”, expresó con enorme satisfacción
Francisco Javier Mañas Morales. Bachiller pidió a las autoridades
educativas que el Caso Almería fuera conocido en los centros educativos.
Recibió hace una semana del Ministerio de Educación y Formación Profesional,
firmada por Vicente Riviére Gómez, director de Gabinete de la Secretaría de
Estado de Educación. Tras explicar, que desde 1992 el ministerio no tiene la
autorización previa de los libros de texto y de argumentar la nueva Ley
educativa, concluye: “De acuerdo con este mandato, en la elaboración de los
nuevos currículos, estamos llevando a cabo la incorporación de los contenidos
de memoria democrática que indica la nueva Ley, si bien ajustándose al reparto
competencial que se exige en esta materia entre el Ministerio y las Comunidades
Autónomas”. Mañas subraya que hay conversaciones con el catedrático Fernando
Martínez López, secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de
España Así, en los reales decretos de enseñanzas mínimas necesariamente se
incluyen formulaciones de carácter general, que después se irán concretando por
las Comunidades Autónomas. La carta de Educación concluye: “Así, en los reales
decretos de enseñanzas mínimas necesariamente se incluyen formulaciones de
carácter general, que después se irán concretando por las Comunidades Autónomas
y posteriormente por parte de los centros y el profesorado. De acuerdo con todo
ello, los nuevos currículos contendrán elementos que sin dura darán ocasión de
tratar hechos como el “Caso Almería”, tanto en su concreción por las
Comunidades Autónomas y los centros como en el detalle con el que se tratan los
contenidos en los libros de texto”.
Los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz dio el pasado lunes oportunidad a Francisco Javier Mañas Morales de ofrecer el testimonio de la familia y un resumen de lo ocurrido en el Caso Almería. Familiares de otras víctimas como las de Caparrós en Málaga o los de Arturo Ruiz, estudiante, asesinado por la extrema derecha en Madrid. Intervino uno de sus hermanos, Manuel Ruiz García, colaborador de la Asociación La Comuna y que tiene casa en Roquetas de Mar. La familia Ruiz tiene origen familiar en Bédar, Almería y Granada. La idea de contar con por primera vez en el ámbito universitario con testimonios de decenas de víctimas en el umbral de la Transición fue muy celebrada por los alumnos que hicieron abordaron distintas cuestiones.
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