Cualquiera que reciba una herencia sabe que la misma está sujeta a una serie de derechos, pero también a unas determinadas obligaciones. Si trasladamos este concepto al ámbito de la política, podríamos concluir que quien recibe la herencia, más allá de hacerse con unos bienes –en este caso, el gobierno– adquiere también el compromiso de llevar a cabo, al menos, aquello que ya estaba en marcha o aprobado. Estas obligaciones, sin embargo, no han sido atendidas por los distintos gobiernos del Partido Popular que hemos sufrido en Almería.
Durante la presidencia de Mariano Rajoy, nuestra provincia padeció uno de los mayores ejercicios de trilerismo político que se conocen, después de que el PP deshiciera todos los proyectos del AVE entre Almería y Murcia que se habían redactado durante la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero y del almeriense Jesús Miranda Hita en Fomento. Después de varios años de incluir en los Presupuestos Generales del Estado unas partidas económicas que luego no se cumplían, el PP, lejos de disculparse, anunció la redacción de nuevos proyectos –y peores, puesto que planteaban un corredor en vía única–, lo que en la práctica significaba darle una patada hacia delante a las obras de la alta velocidad, retrasando su ejecución.
Las declaraciones que están realizando durante estos días algunos dirigentes del PP sobre el avance de las obras pierden toda credibilidad si uno vuelve la vista atrás y recuerda cómo callaban cuando el Gobierno de Rajoy no ejecutaba las obras que el anterior ejecutivo socialista les había dejado en herencia. También se derrumban cuando se les recuerdan los 600 millones de euros que este año ha destinado el Gobierno de Pedro Sánchez a esta infraestructura. A pesar de que creíamos que lo peor había pasado, el Partido Popular la ha vuelto a hacer desde el Gobierno andaluz, parando obras, retrasando proyectos o eliminando servicios que estaban funcionando a pleno rendimiento, como es el caso del hospital de la Cruz Roja, el Centro de Menores de Purchena, el albergue juvenil de la capital o el Centro de Actividades Náuticas.
En este tiempo, Moreno Bonilla no ha puesto en marcha ni un solo nuevo centro de salud o educativo, más allá de lo que dejó encarrilado el PSOE, como hemos visto con el Hospital Materno Infantil, el centro de salud de la Casa del Mar o las obras que se están desarrollando para hacer realidad el nuevo colegio de Viator.
Todas estas obras son fruto del legado recibido del anterior gobierno socialista, a lo que hay que añadir proyectos finalizados y listos para poner en marcha y a los que PP y Cs han renunciado, a pesar de aparecer en las disposiciones a las que obligaba la herencia recibida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario