El pintor
que expone en Unicaja Almería, amigo de Picasso y García Lorca, es hermano del
gobernador civil de Almería en los inicios de la Guerra Civil. La obra de
Joaquín Peinado se puede contemplar en Almería hasta el 23 de julio, gracias al
Centro Fundación Unicaja en una exposición centrada en la faceta de dibujante
del artista rondeño, sobre la que se asienta su pintura vanguardista. Su
exposición “Lecciones del cubismo. Joaquín Peinado. Dibujos y grabados” reúne
50 dibujos, grabados y acuarelas procedentes en su mayoría de la colección del
museo dedicado al pintor que se encuentra expuesta en Ronda. El rondeño,
afincado en París, adoptó las tesis cubistas de una forma muy personal e
influenciado por los encuentros que mantuvo con célebres coetáneos como Pablo
Picasso.
Las piezas
de la muestra. que se puede visitar en Unicaja del Paseo de Almería,
representan las recurrentes figuras animales y humanas del universo pictórico
de Peinado, sus bodegones, y también sus paisajes urbanos y naturales. El
diseño expositivo descubre el esencial protagonismo del papel en la trayectoria
artística del pintor.
El
vanguardista Joaquín Ruiz-Peinado (Ronda, 1898-París,1975) buscó la amistad de
su paisano Picasso, el pintor universal, y la consiguió hasta el punto que esa
referencia se mantiene a lo largo del tiempo con exposiciones conjuntas, casi
medio siglo después de la desaparición de los autores de la denominada Escuela
Española de París por la que pasaron, entre otros grandes, el maestro del
cubismo Juan Gris, el representante del surrealismo Joan Miró o la artista de
la generación de 1927 Maruja Mallo. Joaquín Peinado marchó a París en 1923, con
25 años, recién acabados los estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de
San Fernando, Madrid. En París, como otros españoles, contó con la protección y
la amistad de Picasso, aunque su indagación de las vanguardias es libre y
diversa. Las obras de la exposición proceden en su totalidad de la colección
del Museo Joaquín Peinado de la Fundación Unicaja Ronda, inaugurado en 2001.
El pintor
siguió manteniendo contacto con sus amigos de España, como Federico García
Lorca, al que conoció en Málaga en 1918, y sobre todo, con Francisco García
Lorca al que se encontraba muy unido. Asimismo, continuaría formando parte de
la vida artística española, participando en la mítica Primera Exposición de la
Sociedad de Artistas Ibéricos en 1925, e ilustrando las revistas Litoral, Gallo
y La Gaceta Literaria, así como La flor de California de José María Hinojosa.
Mantendría relación con las artes escénicas, participando en Un perro andaluz
(1929) y La Edad de Oro (1930), de su amigo Buñuel. Igualmente, y en 1926,
participaría en la representación de El retablo de Maese Pedro de Falla en
Ámsterdam junto a Buñuel, Cossío, Viñes y Ángeles Ortiz. Su
trayectoria artística lo llevaría a ocupar un puesto destacado dentro de la
Escuela de París. En 1969 regresó a España gracias a la exposición en la
Dirección General de Bellas Artes que consagra su figura en nuestro país.
El hermano del pintor fue gobernador civil de Almería en 1936. Juan Ruiz- Peinado, antes de llegar a Almería, se convirtió en el primer alcalde republicano de Ronda, tras el cambio de régimen en el abril de 1931. Desde su cargo de Gobernador Civil de Almería, hubo de enfrentarse, con singular acierto y mucho valor, a la sublevación de los militares el 18 de julio de 1936, y al desafío de muchos oligarcas prestos a secundar el golpe. Fue un hombre de absoluta fidelidad a sus ideas, con gran prestigio dentro del partido Izquierda Republicana. Lo que le trajo muchos problemas, tanto es así que finalmente fue perseguido por los dos bandos enfrentados como recoge en los 500 ejemplares, obviamente agotados, de sus memorias bajo el título Cuando la muerte no quiere, libro editado en México, en 1967. En la publicación de sus memorias, Peinado se atribuye que el golpismo no triunfó en Almería por sus gestiones y engaños a los que sometió al general Juan Huerta Topete, gobernador militar de Almería y a los militares conectados con sus colegas granadinos donde los rebeldes triunfaron. En Almería predominaron militares fieles al orden democrático, fieles a la República, como el teniente coronel Isaac Llopis. “De los pueblos, seguían viniendo hombres, en su mayoría tristes campesinos escuálidos, productos de la monarquía. Venían con escopetas viejas, con pistolas más viejas aún, con dinamita y hasta con hocinos. Los había de todas las edades. Se veían incluso viejos de más de 60 años acompañados de algunos chiquillos de 15 o 16 años. Era emocionante ver cómo acudían estos hombres sencillos, pacíficos, antiguerreros, para defender con las armas en la mano un régimen que les había una esperanza de mejor vida. Ellos no querían volver al régimen aquel que los crió y trató como esclavos. Por eso, estaban allí a la primera llamada que se les hizo”. Juan Ruiz-Peinado, en cambio, recibió muchas críticas no por acabar con las primeras muertes arbitrarias, sin juicio, por parte de algunos miembros descontrolados del republicanismo. De hecho, en su libro, agotado y editado en México, culpa a supuestos colaboradores suyos de no tenerle informado de los desmadres. El diputado socialista Gabriel Pradal y Peinado coincidieron en destacar la gestión que hicieron con la llegada de soldados del Campo de Aviación de Armilla, clave en la resistencia republicana de Almería. El socialista Pradal se convirtió en su enemigo y participó en que viniera un nuevo gobernador civil. Una de las primeras actuaciones del gobernador que relevó a Peinado y que acabó con el descontrol de la provincia, fue el socialista, Gabriel Morón Díaz (Puente Genil, 1896-México, 1973) Reunió a los representantes locales de las organizaciones políticas y sindicales para manifestarle que había como representante del Gobierno “para ser no un gobernador partidista, sino el del Frente Popular”, apunta el catedrático de la Universidad de Almería Rafael Quirosa-Cheyrouze y Muñoz. A Morón, le sustituyó el comunista Talens Inglá quien protegió a la capital con la construcción de los refugios antiaéreos que diseño el arquitecto municipal Guillermo Langle. En Almería se tuvo que hacer frente a las noticias de la masacre de la carretera Málaga-Almería, “la Desbandá”, donde los golpistas atacaron por tierra, mar y aire a más de cien mil inocentes que huían del hambre.
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