El debate sobre la financiación de las
comunidades autónomas suele ser recurrente, sobre todo para el Gobierno de
Andalucía, que lo utiliza cada vez que quiere tapar y quitar el foco de las malas
noticias y su falta de acción, como la que nuevamente se está dando estas
semanas con los contagios de covid disparados, con una tasa de incidencia muy
por encima de la media nacional y sin que Andalucía tenga una estrategia para
frenar ese ritmo de contagios y salvar a la vez, económicamente hablando, “el verano”.
Esta situación es la enésima muestra de lo
que viene siendo la actuación del Gobierno de Moreno Bonilla en la pandemia, en
la que sólo ha acertado a ponerse de perfil, confrontar y lanzar culpas a
diestro y siniestro, ya sea a los ayuntamientos, a las policías locales o al Gobierno
de la nación. De igual manera, ha vuelto a intentar distraer el foco,
quejándose de falta de financiación, aunque, una vez más, tampoco le ha servido
de mucho, porque al mismo tiempo que Moreno Bonilla se quejaba, el Gobierno de
Pedro Sánchez volvía a cumplir una vez más con los andaluces, aprobando la
transferencia a Andalucía de 300 millones de euros para rehabilitación de
viviendas, 257 para educación pública y 50 millones para un plan de empleo, que
por fin se ha concedido a Andalucía, después de años de que la Junta de
Andalucía, en tiempos de gobierno socialista, se lo reclamara al Gobierno
central del PP, sin éxito ninguno.
Estas medidas son una prueba constante del
compromiso y la sensibilidad del Gobierno de Pedro Sánchez con Andalucía y, sumadas
a las ayudas extraordinarias y otras de refuerzo, han supuesto ya la llegada de
4.122 millones a Andalucía tan sólo en 2020. Esto equivale a una financiación
de 11 millones de euros al día, cantidad a la que se sumarán 1.881 millones más,
provenientes de los fondos europeos gestionados por España, y que deberán
destinarse a educación, sanidad, servicios sociales y a apoyar los sectores
económicos más dañados por la crisis.
Toda esa ingente lluvia de millones, que ha convertido a Andalucía en la comunidad de España más beneficiada por el reparto, ha dejado sin excusas al Gobierno de Moreno Bonilla para reforzar de manera urgente la atención primaria, recuperar de este modo la normalidad en los centros de salud y en la actividad hospitalaria o para afrontar con más recursos y plenas garantías el próximo curso escolar.
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