En el libro de Ángeles Afuera “Aquí, Unión Radio. Crónica de la primera cadena española (1925-1939)” se hace referencia a la almeriense Carmen de Burgos.
Gómez de la Serna, pionero del reportaje radiofónico (Diario Madrid)
Editado en Cátedra, cuenta la peripecia de
Unión Radio, génesis de la SER, y las primeras colaboraciones de la periodista
almeriense Carmen de Burgos, Colombine, y de su compañero
sentimental, Ramón Gómez de la Serna Puig (Madrid, 1888-Buenos Aíres, 1963), pionero de los reportajes en la historia de la
radio española. Con un micrófono y los rudimentarios sistemas de transmisión de
los años veinte se plantó el 21 de noviembre de 1929 en la Puerta del Sol y
desde el Café de Levante y la propia plaza dio voz a vendedores y chóferes, a
los jugadores de billar del café, al numeroso público congregado. Leemos la
crónica en la revista Ondas: “La gente forma corrillos y espera que el gran
Ramón Gómez de la Serna realice su reportaje radiado. ¿Cómo se podrá llevar un
micrófono de un lado a otro?”. El último reportaje de Ramón en Unión Radio fue
el 12 de julio de 1936. Una semana más tarde estallaba la Guerra Civil y él,
como tantos otros, partía para el exilio, según Ángeles Afuera (Madrid, 1954),
que dirigió hasta su jubilación el Departamento de Documentación de la SER
durante 27 años.
El autor del género literario las
greguerías fue articulista en los diarios El Sol o
La Voz, el periódico que con mayor amplitud trató el Crimen de Níjar de 1928 y
que inspiró las obras Puñal de claveles, de Colombine, y Bodas
de sangre, de García Lorca. De la Serna trabó gran amistad con Ricardo
Urgoiti, fundador de Unión Radio Madrid, germen de la actual cadena SER. En
1927 empezó a colaborar con la emisora, formando parte de la que seguro es la
primera tertulia de la radio española como fue La Palabra, el primer
informativo. Podemos leer en la programación del 2 de marzo de 1928, según
Ángeles Afuera: “La gripe. Charla por La Pandilla, integrada por los señores
Ramón Gómez de la Serna, López Rubio, Jardiel Poncela, Sama y Tono”.
Gómez de la Serna se hizo
instalar un micrófono en el despacho de su propia casa, génesis, “abuelo”,
definición de Afuera, de los actuales sistemas de RDSI. Desde su casa emitía
sus charlas y comentarios culturales, a los que llamaba Parte del día.
Y cuando dejó Madrid por unos meses para viajar a América dejó grabadas en
discos de pizarra sus Cartas habladas para que pudieran
emitirse en su ausencia.
En el Ateneo de Madrid se celebraban grandes tertulias con la presencia de intelectuales y políticos, como Manuel Azaña, en las que la célebre Josefina Carabias, primera periodista propiamente dicha de Unión Radio, escribió crónicas sobre esos encuentros para varios periódicos. Para Carabias la radio fue tangencial en su exitosa labor periodística. Hubo retransmisiones por parte del programa La Palabra.
Ramón celebraba cada sábado por la noche una tertulia literaria, acompañado de su “cuadrilla” en el café Pombo. Entre los asiduos figuraban Concha Espina y Colombine, invitada a los programas sobre la mujer de la doctorada en Filosofía y Letras, comprometida con su tiempo, Matilde Muñoz Barberia (Madrid, 1895-La Habana, 1954) seudónimo de Selma Barberi, en Unión Radio Madrid. Muñoz, la periodista cultural a la que Franco desterró de su profesión, fue miembro de la Unión Republicana Femenina. Tras la Guerra Civil, se le prohibió ejercer de periodista y decidió exiliarse a Cuba en 1945.
Colombine dedicó uno de esos reportajes a la vida del general
Riego. Según la revista Ondas, la almeriense pronunció la célebre frase
“Podríamos decir que la mujer es más radiofónica que el hombre”. En un artículo
de esa revista de junio de 1927, “La radiotelefonía y la mujer”, hay un
interesante compendio de textos escritos por parte de mujeres relevantes como
Matilde Huici, colaboradora de María de Maeztu en la organización de la
Residencia de Señoritas y cofundadora de la Asociación Española de Mujeres
Universitarias, Victoria Kent, primera mujer en colegiarse en el Colegio de
Abogados de Madrid, y Colombine, nuestra primera reportera de guerra
y precursora que abrió muchos caminos, entre otras. Había quien iba a escuchar
y aprender y otros a montarla en medio de copas de anís y ruido, pero cuando
hablaba el maestro todo el mundo callaba. Miguel de Unamuno decía que las tertulias
literarias constituían desde el siglo XIX la verdadera universidad popular
española. En este caso las aulas donde se impartían las clases eran los
cafés históricos. En nuestros pueblos, las personas salen a la calle para tomar
el fresco, rodeados de vecinos, el reencuentro con nuestros emigrantes y sillas
durante el verano. Cada vez son menos estas añoradas tertulias para conocer
todo tipo de patrimonio local.
Unión Radio fue el primer gran proyecto
radiofónico español, nacido en 1924 y respaldado por las principales compañías
internacionales, de la británica Marconi a las americanas General Electric y
RCA, la Tudor francesa o la AFA alemana. Su objetivo, que cumplió en sus 14
años de existencia, fue crear una cadena de emisoras locales en torno a una
cabecera potente, su emisora principal, la madrileña Unión Radio, que comenzó a
emitir en junio de 1925. Desde su nacimiento, Unión Radio, instalada en la Gran
Vía de Madrid, fue la voz y el reflejo de una época apasionante, de gran
efervescencia creativa, de cambios políticos y sociales. En sus estudios
coincidieron García Lorca, Alberti, Joaquín Turina, Igor Stravinsky,
Victoria Kent, Clara Campoamor, La Argentinita y muchos otros, pero también
personajes ahora olvidados que concibieron muchos de los géneros de la radio de
hoy. Su micrófono recogió en directo la llegada de la Segunda República, y ni
un solo día faltó a la cita con los oyentes, cada vez más numerosos, durante
los tres años de la Guerra Civil.
La SER es innovadora desde sus inicios. De
ser una emisora de altavoz musical en los primeros tiempos a renovar el
lenguaje, el estilo adaptado a la técnica y a tener un acento de cercanía con
los primeros informativos tanto en España como en Andalucía cuando desde Radio
Sevilla, tiempos del maestro Iñaki Gabilondo, se aplicó aquello de Siéntase
orgulloso de SER andaluz, en los albores de la Transición.
Si les gusta la radio, la historia de España, las luchas fratricidas, lean el libro de Ángeles Afuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario