Después de 19 meses de pandemia lo único que no ha vuelto a la normalidad en Andalucía por decisión del Gobierno de Moreno Bonilla es la Atención Primaria. Según dice, ahora y pese a que lo prometió en marzo, ahora sí, regresará la atención presencial a los centros de salud. La Sanidad es lo último para PP y Cs que han levantado la mano en otro tipo de acciones y actividades sociales y culturales que se pueden celebrar con normalidad. Todo, menos la Sanidad.
La atención básica y esencial, según la OMS, contiene acciones de diagnóstico, prevención, curación y rehabilitación que debiendo estar al alcance de todos, sin embargo, ha estado suspendida, mermada y recortada durante 580 días por parte de las derechas en la Junta. Y mientras, la atención especializada ha estado y está, desbordada. Allí se podía estar en salas de espera con la distancia y mascarillas, entrar en centros hospitalarios de alta resolución, pero en los centros de salud de nuestros barrios y distritos hemos tenido que aguantar la pregunta y el freno del guarda de seguridad que haciendo el trabajo ordenado se convertía en el único contacto con estos centros.
Durante estos meses nos han derivado a
centros privados para realizarnos pruebas diagnósticas con la única precaución
de la desinfección de manos y mascarillas pudiendo asistir a salas de espera de
médicos privados sin ningún reparo y limitación. Los almerienses hemos podido
estar en los bares sin mascarilla, ir al cine, al teatro, a eventos deportivos,
a centros comerciales, tiendas y un largo etcétera, pero no hemos podido ir a
ver a nuestro médico o médica de cabecera como antes, cuando les necesitábamos
y cara a cara, que es como se tiene que ver a los pacientes. Durante este
tiempo se ha producido un deterioro sin precedentes de la Sanidad Pública
Andaluza de la mano de Moreno Bonilla que ha conducido a un beneficio de la
sanidad privada.
Desde el inicio de la pandemia, el presidente andaluz ha hecho oídos sordos a las reclamaciones de los profesionales y de los pacientes y ha esquivado la dura situación a la que nos había obligado a estar mientras él y el resto de comitivas entraban en los hospitales y centros de salud a inaugurar una pared nueva, o el remozado de unas dependencias con cámaras; cualquier nimiedad para aparentar lo que no era. Nos quitó lo más básico y ahora dice que lo devuelve, pero tampoco es cierto.
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