La Plataforma Solar de Almería cumple en estos días 40 años al servicio de la ciencia y la innovación. Esta instalación es el mayor y más completo centro de I+D dedicado a los sistemas de concentración solar térmica y se encuentra en Tabernas, un municipio al que siempre se le relaciona con el western, pero que atesora un centro de investigación pionero en todo el mundo.
Tanto una cosa como la otra hacen de este municipio almeriense un referente internacional. Si bien es cierto que Almería tiene unos recursos naturales únicos para producir energías limpias, no es menos cierto que el empuje que le ha dado Tabernas a la energía solar ha sido un ejemplo para toda la provincia y un acicate a la hora de poner en marcha proyectos de energías renovables. O, al menos, esa era la intención antes de que el PP diera al traste con todas las iniciativas que estaban en marcha.
Almería, de la noche a la mañana, perdió unos años valiosísimos para haber dado un gran salto en la producción de energías renovables debido la errática reforma del sistema eléctrico que acometió Rajoy. Entre las medidas que adoptó aquel Gobierno del PP en 2014 se escondía una que nos afectó de lleno: el brutal recorte de las ayudas verdes que recibían ese tipo de instalaciones. Ahora vemos cómo ese frenazo, además, también tiene consecuencias directas en la factura de la luz.
En ese estado de las cosas, una de las primeras medidas del Gobierno de Pedro Sánchez fue suprimir el impuesto al sol para, posteriormente, devolver a las energías renovables el impulso que nunca debieron perder y garantizar, de este modo, un sistema de producción energética sostenible y un precio de la luz más barato.
Ahí es donde a Almería se le presenta de nuevo un futuro próspero, de desarrollo e innovación, de empleo de calidad y ligado a una industria con cero emisiones, que apueste por una implantación ordenada, eficiente, respetuosa con los valores ambientales y consensuada con los municipios.
Afortunadamente, en nuestra provincia no volvemos a la casilla de salida, puesto que tenemos mucho camino andado gracias, como decía, a esa instalación de Tabernas que un día nos empezó a enseñar cómo aprovechar toda esa riqueza que tenemos en el sol.
En esta tarea de promover las renovables, el Gobierno andaluz de Moreno Bonilla también tiene mucho que decir y hacer a la hora de la planificación y la aceptación de proyectos que eviten impactos irreversibles en el territorio. Confiemos, en todo caso, en que sus decisiones no abonen el terreno de la especulación, de esa fina línea que la derecha está tan dada a traspasar cuando acecha una oportunidad de negocio.
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