María Jesús Pérez de Zafra Vargas, roquetera de
32 años, es la única mujer piloto de A400M del Ejército del Aire español que
participó en la exitosa evacuación en Kabul (Afganistán), la más importante a
efectos humanitarios llevada a cabo por el Ejército del Aire. Es una joven
arquitecta que apostó por la carrera militar. Desprende inteligencia, vivacidad
y sentido del humor.
Esta ha sido la misión más impactante y complicada de sus vidas, que ha marcado a todos los militares y civiles que han participado en esta operación tan humanitaria de dos mil personas. Se les ha roto el alma al ver la desesperación de decenas de miles de personas que intentan huir del horror y que se han quedado en Afganistán. Es la primera vez que realizaron una misión tan importante con personal civil.
La capitán María Jesús Pérez de Zafra Vargas ha sido la única mujer en la misión de rescate. La roquetera huye de los protagonismos pese a marcar el hito de ser la primera mujer española en pilotar un Airbus A4000M. Es una de las pocas mujeres pilotos en el mundo con este tipo de avión que vuela, a grandes rasgos, el doble de alto y de rápido. El avión tiene el doble de capacidad y de alcance que los antiguos aviones de transporte C130 Hércules, que el Ejército del Aire de España retiró completamente en marzo, tras casi medio siglo operativos.
En su tarea en Afganistán se acrecentó el prestigio de España por el eficaz rescate a personas, especialmente mujeres y niñas afganas. Mujeres que estaban marcadas por el régimen talibán. De todas formas, confiesa que su satisfacción no es total porque ha comprobado que había miles y miles de personas que no han podido salir del país. Confían en las gestiones ante el nuevo régimen talibán que está emprendiendo la ministra de Defensa, Margarita Robles, para sacar a más afganos amenazados por los talibanes. Robles les dijo a los militares que participaron en la evacuación, el jueves, en Zaragoza: “Ustedes son héroes, han salvado muchas vidas”.
María Jesús Pérez de Zafra pilotó el A400
en la misión española que se desarrolló entre el 16 y el 28 de agosto. Nunca antes
habían realizado una misión transportando civiles con tanta tensión
y riesgo. Ha participado en cientos de misiones con otros
ejércitos a lo largo del mundo entero, pero no con las connotaciones tan
humanitarias y urgentes como las del aeropuerto de Kabul.
La almeriense formaba parte como piloto de las tripulaciones que realizaron dos rotaciones diarias para salvar personas amenazadas, apiñadas en el Aeropuerto, huyendo de los talibanes. Un espejo para las mujeres y niñas que huían de los talibanes buscando un mundo mejor. “Te impresiona mucho ver a gente que está dejando atrás su vida entera. Bebés, niños…Si fuera una de esas madres habría hecho lo mismo para ofrecerles una vida mejor, una profesión, un futuro, y no como sucederá con el régimen talibán”, apuntó a Rocío Amores, coordinadora de Informativos de Canal Sur Radio y Televisión, quien ofreció la primicia.
María Jesús estudió en el Colegio
Altaduna. Ha vivido en El Parador y en Roquetas. Recuerda con especial afecto a
dos de sus profesoras. El sueño de María Jesús era ser piloto y lo consiguió
tras licenciarse en Arquitectura. Completó en 2015 sus estudios en el Ejército.
Su tía, Sonia Vargas, de Roquetas, mostró el orgullo de toda su familia. Es una
mujer comprometida y con valores, que ha luchado mucho, sensible a los afectos
y a las relaciones personales... ha tenido que vencer dificultades que ha
superado con mucho corazón, el que pone para rescatar personas y ponerles cara
y sentir por ellos en una labor callada que de pronto se ha visto mediatizada
por la repercusión de la última operación que han realizado.
Me confesó ayer que, aunque estudió
arquitectura, siempre tuvo presente la condición militar de su padre. “Mi
padre, Alfredo, está en la reserva como comandante y tuvo destinos en la Base
Militar de Viator y destino por su cualificación jurídico como juez de plaza en
el Gobierno Militar de Almería”. María Jesús Pérez de Zafra desprende sencillez
y sentido del humor. “Espero en Navidad estar con la familia en Almería y disfrutar
de las croquetas de pollo
de mi madre, o el toque que le da al salmorejo. Por supuesto, me encantan los
encuentros y ratos de tapeo con amigos en Casa Puga de Almería y las cálidas
reuniones familiares”. Es consciente que el lema de su trabajo le hace estar
disponible. “Lo que sea, dónde sea y cuándo sea, y en este sentido se
ha cumplido a rajatabla”, rememoró con orgullo de las personas que saben que
han hecho las cosas bien.
La OMS advirtió del riesgo que corren los niños del principal hospital pediátrico por falta de ayudas. “A la gente le diría que tenemos que estar agradecidos de la vida que tenemos ahora mismo porque hay que ver las condiciones en las que la gente se ha quedado allí y en las condiciones en las que se subían al avión, sin nada, dejando toda su vida atrás. Es desolador. Más de la mitad de las personas que subían eran mujeres y niñas y sí que notaba en ellas miradas de complicidad y te sonreían. Les estábamos ofreciendo sobre todo a las niñas una vida en libertad. En ese sentido, como mujer me siento orgullosa de haber participado en esta operación”, afirmó María Jesús desde la sede del Ala 31 en Zaragoza a la periodista Eva Villegas y al cámara Paco Falcón, de Los Reporteros, laureado programa de la televisión autonómica, presentado por Mabel Mata.
Otra almeriense que marcó un
hito en 2007 al convertirse en la primera mujer piloto de caza
del Ejército fue Rosa María García-Malea (Almería, 1981) Lo consiguió después
de cuatro años en la Academia General del Aire de San Javier (Murcia) con 35
compañeros. Lleva su pasión por volar muy alto. "No me siento especial.
Esto es muy duro, pero no es imposible”, declaró. Cursó estudios de Arquitectura Técnica, Idiomas y
Ciencias Químicas en Granada y opositó a la Escala Superior de Oficiales del
Cuerpo General del Ejército, pruebas que superó cuando contaba 21 años. La comandante almeriense fue Medalla
de Andalucía 2018 y pregonera de la Feria de Almería, en ese mismo año.
Rosa García-Malea y María Jesús Pérez de Zafra han trabajado y estudiado mucho para llegar a una misión en la que como en muchos ámbitos de la vida es más fácil obedecer como en mandar. Dos mujeres que van progresando y abiertas para desarrollar nuevos retos, rompiendo techos de hormigón.
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