El problema del agua es uno de los principales asuntos a los que nos enfrentamos los almerienses, desde el abastecimiento básico doméstico hasta las necesidades de los regantes de nuestra vega. Desde el PSOE apoyamos el uso sostenible de los recursos hídricos, la desalación como fuente inagotable y la protección de los acuíferos. No en vano, el PSOE fue el partido que llevó el agua potable a los grifos de las casas de la ciudad.
Ya en 2006, todos los partidos políticos que conformaban la Corporación Municipal llegamos al acuerdo de usar todo el agua desalada posible y disponible de la desaladora de la ciudad de Almería para uso doméstico. Pues bien, han pasado ya quince años y el Partido Popular ha hecho oído sordos a aquel acuerdo que se alcanzó por consenso. Ahora, todo son prisas y malas decisiones en los despachos del equipo de gobierno del PP al frente del Ayuntamiento. La Junta de Andalucía, gobernada por el PSOE, ya alertó de que los pozos de Bernal, que abastecen a gran parte de la ciudad, estaban sobreexplotados y en riesgo. Sólo cuando ese peligro ha sido una realidad el alcalde y los concejales del PP se han puesto manos a la obra.
No deja de ser curioso que sea la propia concejala de Sostenibilidad Ambiental quien reconozca que fue la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE la que exigió la puesta en marcha de todos los bastidores de la desaladora. Además, es la propia Unión Europea la que obliga a optimizar al máximo las desaladoras. La de nuestra ciudad solo tiene en marcha 3 de los 7 bastidores.
La posición del PSOE no ha cambiado desde 2006: apostamos y exigimos la puesta en marcha del máximo de bastidores, y que se estudie la posibilidad de extraer el agua de alta mar y no desde la línea terrestre de costa, ya que podría estar poniendo en peligro los acuíferos del Bajo Andarax, como advierte la Asociación de Norias y Pozos de Almería. También es importante señalar que el Ayuntamiento de Almería está siendo penalizado económicamente cada año por el uso del agua de los pozo de Bernal.
Las medias verdades del equipo de gobierno del PP no ayudan a buscar una solución de consenso. El alcalde está instalado en el ordeno y mando, y es incapaz de escuchar a nadie, ni de buscar alianzas para mejorar la ciudad. Deben saber los almerienses que el precio del agua va a subir porque fue el propio alcalde el que llevó al Pleno del Ayuntamiento su aprobación inicial. Esa subida la vamos a sufrir por cualquiera que sea la vía que el alcalde decida: en nuestro recibo mensual o con nuestros impuestos a cargo del presupuesto municipal. El PP ya no engaña a nadie.
Pero, además, al problema de falta de rendimiento de la desaladora y al tarifazo en el recibo del agua que consumimos, el alcalde añade otro hito a su gestión, enfrentándose con los agricultores de nuestra vega, a los que acusa de tirar el agua, mientras les aprieta con el precio por su uso. La realidad es que la estación de El Bobar depura más agua de la que los regantes están recibiendo. ¿A dónde va ese agua que no recibe nuestro campo?
Si de tirar el agua habla el PP, ¿qué tiene que decir de los vertidos presuntamente ilegales procedentes de la EDAR de El Toyo que van a parar a la rambla de Retamar? Hemos denunciado este hecho y el silencio del alcalde es atronador. Le exigimos que cumpla lo acordado en su momento por los representantes de los almerienses y que ponga orden en el caos que ha provocado su partido por culpa de 16 años de una mala gestión que pagamos los almerienses de nuestros bolsillos. Los regantes saben que tienen en el PSOE un aliado para sus intereses, que son los de toda la ciudad.
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