Una bochornosa comedia

José Luis Sánchez Teruel
Secretario General del PSOE de Almería

Las declaraciones del vicepresidente del Gobierno andaluz, Juan Marín, en las que afirma que “es una estupidez hacer un presupuesto en año electoral y que no hay que dejar al PSOE ser útil” han terminado por confirmar lo que muchos sospechábamos: la confabulación urdida por PP y Ciudadanos en torno a los presupuestos de la Junta del próximo año para engañar de manera absolutamente vergonzosa a los andaluces y andaluzas. 

A estas alturas, nadie se cree que Moreno Bonilla no estuviera al tanto de lo que dice Marín en esas grabaciones y que no  compartiera esa estrategia, puesto que si algo ha demostrado el líder del partido naranja en Andalucía es su total entrega durante este tiempo a la causa de Moreno Bonilla, hasta el punto de que no le ha importado dejarse arrastrar por la ultraderecha cuando el PP así se lo ha pedido. 

Es un hecho que Gobierno andaluz lleva desde el pasado mes de julio apostando por la prórroga del presupuesto de 2021 sin importarle el interés de los andaluces y andaluzas, sus necesidades y sus problemas. Durante estos meses, tanto el Partido Popular como Ciudadanos han estado trabajando de sol a sol en esa argucia, pero diciendo públicamente lo contrario.

Los socialistas, en cambio, hemos tendido la mano desde el primer momento al Gobierno andaluz para sacar adelante las cuentas de 2022, conscientes como somos de lo que eso implica para la recuperación económica de nuestra tierra y para mejorar unos servicios públicos machacados a conciencia por Moreno Bonilla. De ahí que presentáramos un decálogo de propuestas y acudiéramos a las reuniones a las que fuimos citados con la mejor de las voluntades para aportar soluciones a los problemas reales de la ciudadanía.  

Ahora que sabemos la verdad, resulta mucho más bochornoso el espectáculo ofrecido por el Gobierno andaluz en la presentación de los presupuestos y la hilarante comedia que protagonizó la consejera Carmen Crespo en Almería, publicitando decenas de millones de inversiones que aparecían en unas cuentas de cartón piedra que sabía que no se iban a aprobar porque no les interesaba políticamente, ya que no estaban dispuestos a que el PSOE apareciera como un partido útil a los ojos de los andaluces.  

La mentira como arma política es un búmeran que siempre regresa a la mano de quien lo ha lanzado. A Moreno Bonilla le viene ocurriendo desde hace tiempo en materias tan sensibles como la sanidad, a la que promete reforzar a la misma vez que despide a 8.000 profesionales. El engaño no es que sea ya masivo, es que es sencillamente incontenible entre las paredes de San Telmo.

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