La pandemia
ha influido en un deterioro de nuestro estado mental. Análisis del nuevo
catedrático de la Universidad de Almería (UAL), el psicólogo Miguel Ángel
Mañas.
Miguel Ángel Mañas, segundo por la izquierda, con tribunal (AT)
El
flamante catedrático de la UAL es el profesor Miguel Ángel Mañas Rodríguez
(Sorbas, 1956), persona infatigable, conocida en el mundo de la empresa, de la
salud y del deporte. Ha defendido la plaza de catedra en “Psicología del
Trabajo y las Organizaciones” ante un tribunal formado por los catedráticos de
la Universidad de Valencia José María Peiró Silla y Vicente Martínez Tur, y por
la catedrática de la UAL María Soledad Navas Luque que le otorgaron la máxima
calificación. Mañas defendió que los cambios socioeconómicos que estamos
viviendo en estos momentos también afectan el ámbito del trabajo y las
organizaciones. Sin embargo, para poder abordar estos problemas es necesario
desarrollar una investigación centrada cada vez más en la cooperación
multidisciplinar. Se ajustó a la realidad del momento actual con la huella
psicológica que está dejando la pandemia. Una de las principales líneas
críticas que existen en la actualidad dentro de la Psicología del Trabajo y de
las Organizaciones es la desarrollada, en 2020, por el profesor de la
Universidad de Lincoln (Reino Unido), Matthijs Bal, sostiene que la Psicología
del Trabajo y las Organizaciones debería ampliar su visión para incluir
resultados socialmente más relevantes, como la reducción la desigualdad y la
injusticia social, la promoción de la dignidad, la solidaridad, la cohesión
social o incluir retos vinculados a la protección del medio ambiente. Los
intereses de Bal, citado por Mañas, se refieren a la dignidad en el lugar de trabajo, la
individualización, la flexibilidad en el lugar de trabajo, el contrato
psicológico, las narrativas ficticias y los enfoques críticos de la gestión de
recursos humanos y los estudios de gestión.
La
integración de la vida laboral es una de las constantes que ha mantenido el
catedrático Mañas, desde sus inicios profesionales: “Esta tendencia ha
resurgido en gran parte debido a los cambios que tuvieron lugar en respuesta a
la pandemia de COVID-19. Se requieren nuevas adaptaciones para manejar la
escolarización de los niños; manejo de enfermedades personales y familiares; y
otros aspectos que incluyen la comunidad, el bienestar, la salud y otros
componentes del estilo de vida”. “Resumiría los retos de la
disciplina de la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones en dos frases:
La Humanización de las Organizaciones y la Inteligencia Artificial, dos
aspectos que parecen opuestos, pero en el conocimiento y sabiduría de las
personas, como valor más importante en las organizaciones, está la armonización
y desarrollo de ambos conceptos”.
Días
después del acto académico, al que tuve oportunidad de asistir en la Facultad
de Humanidades de Almería, pregunté al carismático psicólogo por qué se va más
al psicólogo en tiempos de pandemia, cuarentenas escolares, en unos tiempos en
los que se pide claridad por el daño que produce el mal uso de las redes
sociales a la sociedad, la salud mental infantil y adolescente. “En general”, subraya el profesor
Mañas, “porque ha habido una degradación, durante la pandemia, de la calidad de
vida de todas las personas, por muchos motivos (aislamiento social,
imposibilidad de poder relacionarte con los seres queridos, no poder
desarrollar muchos objetivos que antes si podías disfrutar de ellos, etc.) y
ello han influido en un deterioro de nuestro estado mental en la mayoría de la
población. Además, han aumentado los cuadros de ansiedad, de depresión y ha
habido una “desconexión social” en la época de pandemia. No podemos olvidar que
el ser humano tiene instinto social y se ha visto privado de ello.
Cada vez es
más habitual ver como las máquinas realizan tareas que tradicionalmente se
habían considerado exclusivamente humanas. Vemos, pues, como la inteligencia
artificial, nombre común según la RAE, pero que las iniciales deben escribirse
en mayúscula IA, se abre paso, también en el mundo empresarial. “El objetivo de
la IA es comprender lo que analiza y darle sentido completo, objetivo aún por
alcanzar y precisar”. Reitera que el conocimiento del cerebro humano aún es
escaso y tendremos que seguir investigando para tener un conocimiento más
completo del mismo.
Mañas procede una amplia familia, “Los laneros”. En los años 60 del pasado siglo cerraron la fábrica de lanas que tenían en Sorbas, una de las pocas industrias de la provincia. El cierre coincidió en el tiempo con el cese de la actividad en las minas de Bédar. Años después, bajó la persiana la fábrica de calzados Miguel Giménez en Vera. El padre de Miguel Ángel, hermano de la añorada María “la lanera” de Los Gallardos, encontró trabajo en Alemania y de ahí que los hijos aprendieran idiomas y estudiaran carreras. En definitiva, todos teníamos un familiar o vecino en la emigración. Ahí está para la memoria Campos de Níjar de Juan Goytisolo para entender aquella Almería rural y vaciada. O como advirtió el periodista, novelista y académico vallisoletano Miguel Delibes, adelantándose a la cuestión ecologista de la España rural que tan necesariamente ha puesto de moda el colega Sergio del Molino con su obra La España vacía (2016) El amor por su pueblo, le llevó, siendo un veinteañero, a escribir “Sorbas, la imagen de un pueblo”, libro dedicado a todas aquellas personas que sienten interés por la cultura popular, dirigido a todos los sorbeños, los defensores del Río Aguas, a esos que un día nos dejaron como su cuñado Diego Hermosilla, pero que, sin embargo, nos llevan en las entrañas y lo recordamos como abonados del Almería, hasta el punto que repetimos los mismos gestos como si estuviera entre nosotros, que lo está. Mañas Rodríguez ha realizado estancias en distintas universidades anglosajonas y autor prolífico. Heredó de su padre el gusto por la ópera Rigoletto con música de Verdi. “Mi padre nos la ponía los domingos en Alemania. No le prestaba oído y ahora esa virtud la he recuperado asistiendo a conciertos”, rememora este gran conversador. María José de los Ríos Porras y su hijo Miguel ahora pueden disfrutarlo un poco más, tras años de trabajo, estudio, dedicación a los demás y volver a sus partidos de fútbol de los sábados junto a sus colegas. El que tuvo, retuvo.
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