La didáctica Historia de Almería, del
Instituto de Estudios Almerienses (IEA), se compone de cinco tomos. A lo largo
de 2022 se presentarán las dos obras pendientes.
Se acaba de presentar “Historia de
Almería. Primeros Pobladores y Colonizadores”, dedicado a la Prehistoria y a la
Antigüedad, editado por el IEA. Intervino en representación de los
coordinadores una persona con una capacidad de trabajo asombrosa. Julián Pablo
Díaz López (Pechina, 1956) con una rigurosa trayectoria calificó el patrimonio
prehistórico de Almería como uno de los más destacados de Europa, aunque
subraya que el patrimonio histórico almeriense está en una situación
calamitosa. El profesor pone pasión y rigor. “En Almería, a lo largo
de los milenios de la historia ha habido
grupos que han ido y venido, se han integrado y han formado parte de este
territorio. Almería siempre ha sido un territorio de amalgama cultural que
encara el siglo XXI con retos importantes”. “La historia
deber ser investigada y publicada sin tergiversaciones”, afirma Julián Pablo
Díaz. Profesor en el colegio Stella Maris durante 40 años, doctor en Historia
Moderna por la Universidad de Granada, miembro del Instituto de Estudios
Almerienses. Ha participado en numerosos proyectos de investigación con las
Universidades de Almería, Málaga, Granada y el CSIC y ha coordinado numerosos
seminarios y congresos. Entre sus últimas publicaciones destacan: La palabra
rescatada. Correspondencia del marqués de los Vélez (1507-1546), junto con
Andújar Castillo, Vincent y Roth, publicado por el IEA; Nobles y banqueros:
fiscalidad y crédito en el marquesado del Cenete (siglo XVI), editorial
Universidad de Almería; y la coordinación y edición del homenaje al padre
Tapia: La Historia de Almería y sus historiadores: centenario del padre Tapia.
Los dos proyectos más importantes que estoy desarrollando son la Historia de
Almería en cinco tomos, junto con Bienvenido Marzo López, Pedro Martínez Gómez
y Alfonso Ruiz García “y el Diccionario Biográfico de Almería, en edición
electrónica abierta”.
El volumen 1 fue presentado por Francisco
Contreras, catedrático de Prehistoria Arqueología de la Universidad de Granada
quien elogió el trabajo atractivo con una maquetación que invita a la lectura,
la enorme cantidad de ilustraciones que ameniza la lectura, subrayó. Hay perfiles interesantes como el de dos
almerienses colaboradores de lujo de Luis Siret como el capataz Pedro Flores
García (Llanos de los Coloraos, Antas, 1840-1928) trazado por Julián Pérez
Flores y el de Juan Cuadrado (Vera, 1886-1952), pionero de la arqueología del
Sureste, escrito por Ignacio Martín Lerma. Cuadrado, además de tantas cosas,
fue la primera voz que sonó en la emisora EAJ 60 Radio Almería, cuando se
inauguró en 1934. Siret y los personajes citados son fundamentales para el
rigor que se apunta desde Antas y su cultura de El Argar. Han
colaborado más de 50 historiadores de reconocido prestigio. Cada tomo supera
las 400 páginas, con más de mil ilustraciones a color. El diputado de Cultura y
Cine, Manuel Guzmán, anunció para antes del verano la presentación del tomo 2
“Época Medieval. Del bajo imperio al Al-Andalus“. Finales de diciembre de 2022
le tocará al tomo 5 bajo el epígrafe “La Almería actual. El largo camino hacia
el siglo XXI”. Guzmán afirmó. “Nunca
antes se ha abordado una obra sobre nuestra historia de forma tan integral,
rigurosa y didáctica. Además de la pasión que los coordinadores y todos los
autores han puesto en ella, este trabajo sobresale por su carácter científico,
divulgativo y visual”. El director del IEA Francisco Alonso reiteró
el rigor del ambicioso proyecto que recoge la Prehistoria y la Edad
Antigua.
Cadima, villa romana.
Para Los Gallardos, que en 2024 celebrará
su centenario, tras la independencia de Bédar, es importante el trabajo que
desarrolla en el referido tomo 1 Francisco Llidó López sobre la desconocida
villa romana de Cadima, nombre que en árabe significa la antigua, que se
localiza junto a la moderna almazara Virgen de Lourdes, que fundó Fernando
Ortega y el río Aguas. La zona merece visitarse con la ruta molinera que afecta
a todo el río. Las obras de la vía para la línea Almería-Murcia del AVE
propició una excavación de urgencia y plasmó la importancia del citado
yacimiento arqueológico. “Destaca la aparición de una almazara”, escribe Llidó,
“que fue construida entre los siglos I y II d.C. Del edificio se conservan varias
galerías de tres a cinco metros de anchura, y en dos de ellas aparecieron los
contrapesos de dos prensas de viga, enterrados en fosas circulares, junto con
varios molinos giratorios que se utilizaban para mover cereales o para las
aceitunas. El resto de los elementos han desaparecido, pero las prensas se
pueden reconstruir comparando los restos con otros edificios de la Bética y el
norte de África. Al igual que en la casa del dueño de la villa, encontramos que
en el siglo IV d.C. se produce una gran reforma de este edificio con la
construcción de un nuevo almacén. Se trata de una gran habitación donde
aparecieron varios dolia casi completos (tinajas de gran volumen para conservar
alimentos).
Junto al almacén encontramos porches,
espacios al aíre libre y habitaciones con bancos de trabajo que indican una
incesante actividad productiva durante los siglos posteriores. De hecho, se han
documentado numerosas reformas, que indican que el edificio estuvo en uso al
menos hasta el siglo VI d.C. ya que encontramos abundante cerámica de este
periodo.
Estos edificios documentan una gran producción agrícola (especialmente de aceite), destinada al consumo de la ciudad de Baria o al comercio a mayor escala. También nos permite identificar dos periodos donde la producción de alimentos aumenta: durante los siglos I y II d.C. y durante el siglo IV d.C., momento en que la parte productiva continúa en plena producción después del abandono de la zona residencia. Esto indica que el dueño de la parcela ha dejado de realizar visitas prolongadas a las tierras, pero la producción agrícola continúa porque las rutas comerciales que unían Hispania con el norte de África siguen en pleno funcionamiento”, texto de Llidó que junto a María Victoria Martínez Calvo y Óscar López Jiménez son autores de otro trabajo, Cadima, escrito en 2016.
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