Blanca y verde

Adriana Valverde
Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Almería

Como cada febrero, nuestra Comunidad se prepara para celebrar la Autonomía, ese sueño que nuestros padres y nuestros abuelos soñaron, por el que lucharon y que consiguieron tras años de ostracismo bajo la represión y el “señorío” de unos pocos que quisieron subyugar a nuestra tierra. Hace 42 años los andaluces y andaluzas depositaron su confianza en el PSOE para llevar el timón en nuestra comunidad autónoma. Han sido más de tres décadas de avances y conquistas de las que debemos sentir orgullo. Hoy celebramos, con alegría contenida nuestra identidad. Contención y precaución porque el coronavirus sigue ahí, pero con esperanza por encarar este 28 de febrero como el último en pandemia. 

Vivimos unos tiempos políticos convulsos, con unas derechas que están poniendo en riesgo los servicios públicos que tanto nos costó conseguir y consolidar. Las manifestaciones del pasado sábado en toda Andalucía han demostrado que hay una profunda preocupación por nuestra Sanidad Pública, resentida por la pandemia y que la Junta de Andalucía de Moreno Bonilla no ha protegido. La educación, los servicios sociales y la atención a los más vulnerables son identidad del Estado del Bienestar en Andalucía y es público y notorio que la llegada del Partido Popular y sus privatizaciones son un peligro del que ya alertamos cuando la ultraderecha empezó a influir en la toma de decisiones del Gobierno Andaluz. 

El gran triunfo de las manifestaciones en pro de la Autonomía el 4 de diciembre de 1977 fue el pistoletazo de salida que cambió definitivamente el panorama de Andalucía que, mayoritariamente, se hizo sentir entre la población en todos los niveles. Es cierto que el referéndum del 28-F, legalmente se perdió al no haber conseguido la provincia de Almería superar el 50 por ciento de voto, pero el acuerdo político para sacar adelante el sueño andaluz venció las resistencias de las derechas y nadie presentó recursos ante el Tribunal Constitucional, con lo que el acuerdo se hizo firme y permitió aprobar el Estatuto en 1981 y hacer las primeras elecciones autonómicas en 1982. 

Desde entonces, y siendo consciente de que con Almería y los almerienses aún quedan debes pendientes, lo que es innegable es que nuestra tierra ha ido progresando sin cesar desde los años 70. Somos referencia internacional en energías renovables, punteros en el aprovechamiento agrícola, somos los principales exportadores en el sector primario, contamos con una Universidad de referencia y nos hemos vertebrado con el resto de Andalucía. Pero aún nos queda mucho camino por recorrer y debemos seguir, juntos, en la senda de la integración territorial y económica que Almería merece. Y eso será posible de la mano del autonomismo y siendo exigentes con los intereses de los almerienses.  

Debemos entonar el mea culpa, entender la desazón que muchos almerienses han sentido estos últimos años y recuperar su confianza, pero con el orgullo de ser nosotros, los socialistas, los que hemos encabezado las políticas de progreso para nuestra tierra.  

En palabras de Manuel Pezzi, “el 28F de Andalucía es un ejemplo de cómo conseguir recorrer un camino proceloso, sin violencia, con respaldo mayoritario de la ciudadanía y buscando soluciones políticas a problemas difícilmente resolubles por la fuerza o con los tribunales de Justicia”. Protejamos ese legado como el bien más preciado que tenemos el conjunto de los andaluces.

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