Almería es una gran ciudad y no es sólo una percepción de quienes tenemos la suerte de vivir aquí. Como tal debe regirse por la Ley de Grandes Ciudades, que tiene como objetivo modernizar el funcionamiento de los ayuntamientos para implicar a la ciudadanía en la gestión de los asuntos locales. Para conseguir esta modernización los vecinos y vecinas juegan un papel fundamental, y el Ayuntamiento debe habilitar los cauces para que su participación sea efectiva. En este escenario, los distritos se convierten en pieza clave de la gestión municipal porque sobre ellos el Ayuntamiento debe desplegarse y ayudar a los vecinos y vecinas a que tomen sus propias decisiones sobre una parte del Presupuesto Municipal.
En Almería llevamos años reclamando la aplicación efectiva de esta ley, que el alcalde y los concejales del PP siguen sin llevar a la práctica. Hasta ahora, el Ayuntamiento sólo ha reformado el reglamento orgánico de participación ciudadana en el que se crea un nuevo distrito, pasando de tres a cuatro, a pesar de las peticiones del PSOE de que fueran cinco.
Los distritos debían contar con la presencia en su organización y funcionamiento de representantes de todo el tejido asociativo de la ciudad, pero, a pesar de que se aprobó el reglamento hace ahora un año, la realidad es que nada se ha hecho para cumplirlo: los cuatro distritos siguen sin constituirse y la participación ciudadana en el Ayuntamiento de Almería no existe, pues no se han activado los mecanismos para que los almerienses intervengan en las decisiones de su Ayuntamiento. Y esto viene ocurriendo durante los últimos seis años en que dejaron de funcionar los tres distritos anteriormente existentes.
Los distritos constituyen un instrumento necesario para crear políticas de proximidad y participación en municipios con alta densidad de población, descentralizando funciones desde la participación ciudadana y debiendo además establecer un porcentaje mínimo de sus recursos para gestionarse por distritos. Nada de esto se ha hecho, ni presupuesto, ni constitución de distritos, ni elección de los representantes vecinales.
Si el alcalde se hubiera preocupado de que esta ley verdaderamente se aplicara, no nos encontraríamos con situaciones como las que se viven todos los días en los barrios de nuestra ciudad, donde los pequeños problemas se han cronificado de tal forma que en la actualidad han adquirido dimensiones dramáticas. Por ejemplo, en El Alquián los vecinos de la calle Aparejo llevan años reclamando que el Ayuntamiento ensanche y asfalte esta vía para que los vehículos puedan circular, especialmente las ambulancias. Aquí, cuando alguien enferma gravemente hay que sacarlo de casa entre varias personas porque la ambulancia no puede pasar. No hablamos de una actuación de cientos de metros, sino de apenas unos palmos de vía.
En el barrio de San Vicente, hay personas obligadas a vivir junto a un vertedero ilegal de restos agrícolas porque el Ayuntamiento no ha querido establecer un punto de recogida para aquellos residuos del campo que no son aceptados en la planta de tratamiento. Los jardines infantiles y los espacios deportivos que deberían estar en perfecto estado para que puedan jugar los niños y niñas están completamente abandonados, muchos de ellos convertidos en focos de infección, con el suelo de gravilla, las canastas rotas y sin un vallado que les evite tener que salir corriendo entre los coches cada vez que se les escapa un balón.
Si los vecinos y vecinas de cada barrio de Almería pudieran decidir dónde se gasta el dinero su Ayuntamiento, estoy convencida de que los jardines de nuestra ciudad estarían cuidados y limpios. No es solo un asunto de imagen, sino una necesidad pública. Los parques son espacios de socialización imprescindibles, especialmente en barrios como Los Ángeles, que cuentan con una densa población, y donde los parques carecen de vegetación y zonas de sombra. Tras años de abandono del PP en el Ayuntamiento los parques son lugares por donde es mejor no pasar, verdaderas trampas para las personas mayores por el riesgo de tropezar con la maleza.
La lista de problemas que podrían solucionarse si el alcalde cumpliera con la Ley de Grandes Ciudades sería interminable y por eso, desde el PSOE nos preguntamos a qué obedece la cerrazón del PP a que en Almería esta norma no llegue a aplicarse nunca de forma completa. Tendrán que venir nuevos aires, cambios importantes en la política local pues el tiempo del ordeno y mando ya pasó, y es el momento de abrir las puertas de nuestro Ayuntamiento para que entre la gente y que sean los almerienses quienes decidan cómo quieren que sea su ciudad.
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