45 años de 8M

Juan Carlos Pérez Navas
Secretario de Programas y Análisis del PSOE de Almería

La próxima semana todos los demócratas tenemos una cita ineludible en las calles y plazas de nuestras ciudades para celebrar el 8 de marzo marcado, este año, por una guerra que ha desatado un dictador contra el pueblo ucraniano ante la que la Unión Europea está respondiendo de forma firme y unánime con los mecanismos que tiene a su alcance. 

El 8M ha estado, no obstante, ensombrecido en los últimos años por la pandemia y las limitaciones que eso supuso en cuanto a salir a la calle con toda la fuerza y empuje que requiere una jornada que este año cumple 45 años desde que Naciones Unidas lo declarara Día Internacional de la Mujer, tiempo en el que se han producido avances sociales con el protagonismo de la mujer en la consecución de esos logros, que han sido las impulsoras de todos y cada uno de los derechos conseguidos. 

En todo este tiempo se han alcanzado hitos históricos que han obligado a reconocer derechos que no son ni más ni menos que derechos de la Humanidad, pero también hay que ser conscientes de que aún queda un largo camino por recorrer en cuestiones como la justicia o la igualdad real y efectiva; y ahora más que nunca ante las amenazas de la extrema derecha. Esto preocupa especialmente en Andalucía donde la extrema derecha ha impuesto muchas condiciones a PP y Cs para que pudieran gobernar en la Junta y tratan de vender una imagen de la mujer repleta de tópicos, mitos y estereotipos que encajan sólo en la sociedad patriarcal que defienden.   

Por eso, tenemos que gritar más fuerte, si cabe, ‘basta ya’. La amenaza de la extrema derecha es real y de ello tienen mucha culpa las derechas que siguen blanqueando sus mensajes negacionistas y retrógrados que tanto daño están ocasionando, especialmente, entre la población joven. 

Los socialistas seguimos comprometidos y comprometidas, somos feministas y lo demostramos en la gestión. Ejemplo de ello ha sido la Reforma Laboral y su marcado carácter para la igualdad y la eliminación de discriminaciones y brechas salariales; o también la continua subida del Salario Mínimo; medidas todas ellas que podrían complementarse con un Gobierno en Andalucía que trabajara por los derechos y libertades de las mujeres. Durante los últimos tres años no ha sido así, pero ahora, a final de año, se abre una ventana con la convocatoria de las elecciones y que debe de servir para volver a conquistar un gobierno feminista.

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