Resulta desalentador echar la mirada atrás y comprobar el balance que nos deja en Andalucía, y muy especialmente en Almería, esta legislatura de tres años y medio a la que pondrá fin Moreno Bonilla en breve, tal y como se traduce de sus propias declaraciones en las últimas semanas.
Todo indica que al presidente andaluz le sobran varios meses con los que no sabe muy bien qué hacer y a toda prisa ha comenzado a construir un relato que justifique el adelanto electoral. En todo caso, nada le va a servir para tapar una gestión que se ha demostrado absolutamente ineficaz, lo que se pone de relieve cuando comprobamos, por ejemplo, que somos la única comunidad donde ha crecido el paro.
En estos tres años de gobierno de PP y Ciudadanos en Andalucía, una de las constantes que se ha repetido en nuestra provincia ha sido la del cierre de instalaciones públicas y la pérdida de servicios, algo que ha ocurrido ante el pasmoso silencio de alcaldes como el de Almería o el de Roquetas de Mar.
Cada vez que Moreno Bonilla ha visitado la provincia ha dejado tras de sí una puerta cerrada. Y no se trata de una simple metáfora, sino de una realidad cuya lista comienza a ser muy larga: cierre del hospital de la Cruz Roja (en plena pandemia), del Centro de Actividades Náuticas y del Centro de Menores de Purchena. Moreno Bonilla también ha echado el candado al CADE del Puerto de Almería, al Albergue Juvenil de la capital y al Centro de Día comarcal de Fiñana, a lo que hay que añadir la alarmante pérdida de identidad del Centro Andaluz de Fotografía o algo tan negativo como la autorización para construir un hotel en Los Genoveses, en pleno parque natural de Cabo de Gata-Níjar.
Hemos visto también cómo se ha
ido retrasando el comienzo de las obras del hospital de Roquetas de Mar y cómo
se han perdido tres años para empezar el edificio de consultas externas de
Torrecárdenas. Tres largos años en
los que tampoco hay rastro del PET-TAC que esperan los pacientes oncológicos.
En este tiempo, Moreno Bonilla no ha dado ningún paso para continuar la Autovía del Almanzora hasta Baza ni tampoco se ha iniciado ninguna de las obras hidráulicas que necesita nuestra provincia, pese a todas las veces que la consejera de Agricultura las ha anunciado a bombo y platillo.
En resumidas cuentas, lo único que hemos conseguido en estos tres años ha sido gracias a la inercia de lo que dejó en ejecución y proyectado el anterior gobierno socialista. Por eso, Moreno Bonilla podrá poner fin a esta legislatura, pero a lo que no podrá poner fin es a la sensación de absoluto abandono que han sentido los almerienses y las almerienses, que, a estas alturas, ya solo aspiran a darle las gracias por nada.
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