Unai Emery (Fuenterrabia,
1971) ha conseguido filtrarse entre los entrenadores más reconocidos del mundo
con un trabajo brillante e inteligente y es uno de los primeros en celebrar el
ascenso del equipo de Turki Al-Sheikh y del técnico Rubi que ha llevado al
equipo a Primera de una forma brillante, siendo líderes. Emery supo rodearse de
un gran puñado de futbolistas que no solo fueron profesionales sino personas
que crecieron y son referentes en muchos ámbitos como el capi Miguel Ángel Corona
o Fernando Soriano por poner un ejemplo, así como la cultura local que pusieron
Francisco y Ortiz. Emery puso al Almería en el mapa global que representa el
fútbol, el mayor espectáculo mundial. Después de Almería desarrolló una carrera
de éxitos, Sus cuatro Europa League con el Sevilla y el Villarreal no fueron
casualidad, o el último éxito de la semifinal alcanzada en la Champions. Todo
ello a pesar de no haber sido un futbolista de élite, lo que muchos consideran
una rémora y un doble esfuerzo para lograr prestigio en los banquillos. Le
falta un equipo a su nivel, y no al revés. Tiene un prestigio ganado sin que
nadie le regala nada. Todo comenzó cuando en la vecina Lorca pasó de futbolista
a entrenador. El ascenso del Almería en una temporada inolvidable fue el
trampolín. Nos contó sus primeros meses en Valencia durante una cena, en Hotel
Catedral para seis personas, organizada por el exdirector del Instituto de
Estudios Almerienses, el añorado Miguel Naveros, editor de Almería-Emery:
de la A a la Y, escrito por los compis Joaquín Amérigo Segura y Txabi
Ferrero.
Unai Emery, con Antonio Torres |
A Emery lo consideramos una
leyenda y he narrado muchos de sus éxitos. Le he seguido en los buenos, la
mayoría, y algunos momentos agridulces. Una persona íntegra, humilde porque
siempre está estudiando para mejorar su profesión y adaptándose a la cultura de
cada club.
Una persona muy admirada por
su talante cercano con los periodistas. El otro día mi odontólogo Elias Fornes
me pasó comentario de su admirado Ginés Meléndez, técnico de los mayores éxitos
de la cantera, recogido por The Objective sobre la figura de Ancelotti. Lo leí.
Eso ya lo hacía Unai en Almería. “Hace que los problemas no afloren, los ataja y los resuelve sin que salgan a
la luz. Maneja bien a la prensa porque se hace respetar diciendo siempre la
verdad, aunque duela al jugador, pero luego lo defiende“. Añado que
Emery en los libros, como Mentalidad Ganadora, que ha escrito pone
el acento en el factor humano. Por supuesto que aquí comenzamos a aprender un
repertorio tecnológico, de datos y el oficio táctico para mejorar el potencial
de aquella plantilla cohesionada para lograr el objetivo. Ahí nos quedó la
figura controvertida de Felipe Melo que llegó casi desahuciado por el Racing de
Santander. Lo tuvo sin debutar hasta la tercera jornada “a sabiendas de que era
el mejor de la plantilla”. Debutó en Murcia y consiguió el 0-1. Cura de
humildad dio mas de una. Firmó por cinco temporadas y al año Alfonso García lo
traspasó a la Fiorentina por casi ocho millones de euros. Aquella clasificación
final de la primera temporada del Almería y su histórica victoria en el
Mediterráneo al Real Madrid.
En eso de sacar de un mar de dudas a futbolistas forma parte del prestigio del técnico vasco. Le pasó en Valencia. En Sevilla, una figura le dijo que no quería entrenar y que deseaba irse porque no estaba a gusto en la ciudad por mil circunstancias. El técnico lo echó del entrenamiento y le prometió que nadie se enteraría. Le pidió reflexión. Regresó y se convirtió en jugador importante. Los clubes cada vez ponen más muros para que la sociedad no conozca a sus protagonistas a través de los medios. Esa ausencia de factor humano puede hacer al futbol antipático. Esto no es un mero negocio. Uno ha conocido a mucho fantasma. Emery todavía no ha dicho su última palabra. Cerró la temporada con una victoria de prestigio en Barcelona y puede que su leyenda siga en ascenso. Para mí, en el futuro sería un seleccionador de mucho nivel. Emery es diferente, auténtico.