Los árboles de la Plaza Vieja se
quedan. La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha
dado la razón al recurso que interpusieron Amigos de la Alcazaba, la Asociación
del Bicentenario de Los Coloraos y Ecologistas en Acción, que defendían, al
igual que los socialistas y cientos de vecinos, que los ficus centenarios de la
Plaza Vieja debían permanecer en su lugar, en el mismo lugar donde han
acompañado a la memoria colectiva de la ciudad.
Esta sentencia castiga el modelo de ciudad que el alcalde de Almería y el equipo de gobierno del Partido Popular imponen, un modelo basado en hacer del centro de la ciudad y de Casco Histórico una gran discoteca, donde la convivencia entre ocio, cultura y ciudadanía desaparece. La proliferación de pisos turísticos en el corazón de nuestra ciudad, acompañada por las molestias que ocasiona la aglomeración de personas, sin que el Ayuntamiento ponga medios, no es el mejor modelo de futuro para Almería. Esto es algo que podemos comprobar en otras ciudades, como Madrid, Barcelona o Bilbao, donde la gentrificación, es decir, el proceso de transformación de zonas en declive, está suponiendo graves perjuicios para los vecinos que viven allí. El alcalde es incapaz de tener un plan integral de convivencia, donde la cultura, la hostelería, la vivienda y la rehabilitación de nuestro patrimonio estén al unísono.
Solo hay que darse una vuelta por las calles General Tamayo, Gravina, Real, la Reina o Eduardo Pérez para observar el deterioro de las fachadas, los andamiajes oxidados o los solares ocultos tras lienzos de plástico. La peor de las imágenes para nuestros vecinos y para los turistas que nos visitan. Por no hablar del entorno de la Alcazaba que, continuamente, está sucio, sin vigilancia ni iluminación, y cuyos proyectos de actuación consisten en parchear zonas sin tener una visión global del entorno, como está pasando con la rehabilitación del cerro de San Cristóbal, que no cuenta con la opinión de los vecinos ni resuelve los problemas que tiene este barrio desde hace ya demasiado tiempo sin que el alcalde, del Partido Popular, se moleste en ponerle solución. Esto es la forma nada responsable de gobernar por parte de un alcalde saturado por los cargos orgánicos que ocupa dentro de Partido Popular. Almería no merece tener un alcalde a tiempo parcial.
La Plaza Vieja es el elemento central sobre el que debe pivotar toda reforma y planeamiento del Casco Histórico. Si no cuidamos nuestra plaza mayor es inútil querer reformar todo lo demás. La concejala de Urbanismo llamó “inmovilistas” a los colectivos y a los ciudadanos que han luchado en defensa del arbolado, y a quienes la justicia les ha dado la razón. Cabe recordar que la responsable del urbanismo de nuestra ciudad dijo en sesión plenaria del Ayuntamiento que la sombra que daban los árboles la podían dar perfectamente los toldos y las sombrillas que se podrían instalar en la Plaza Vieja, lo que supone un resumen perfecto de la política del Partido Popular: reformar para hacer negocio, aunque sea a costa de deteriorar nuestro patrimonio.
Los socialistas tenemos otro proyecto de ciudad radicalmente opuesto al del Partido Popular. Queremos una Almería para vivirla, conectada entre sí, respetuosa con el medioambiente y con nuestro patrimonio. Defendemos la permanencia del arbolado en la Plaza Vieja. Y también del monumento en homenaje a Los Coloraos. Desde aquí pido al alcalde que se deje de excusas y que ponga en marcha las obras de la Plaza Vieja. Los almerienses no pueden esperar a que tenga que perder otra sentencia judicial. Ya van demasiadas.
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