Mujeres rurales se darán cita en Jerez el próximo jueves en las III Jornadas sobre Violencia de Género que acoge la Universidad de Cádiz. Almería estará representada con la participación activa de mujeres de Los Gallardos, coordinadas por la profesora de la Universidad de Almería Isabel Esther González Alarcón (Los Gallardos, 1974), actual concejala. En su intervención pondrá en valor a la mujer rural, su rutina, su día a día, puesto que ellas han sido el pilar de la sociedad que hoy conocemos, siendo las eternas desconocidas a la sombra y bajo el seudónimo “hija de”, “mujer de”, o “madre de”.
En el lavadero de Los Gallardos / Loa |
Hay un trabajo audiovisual interesante, nacido en Los Gallardos. Han
participado las mujeres del grupo de teatro La Corrala, bajo
la dirección de Beatriz Rueda, coautora del guion. Proyecto impulsado por el
equipo municipal y que cuenta con mujeres con mucha memoria como Ana Belén
Balastegui, Pilar Arcas, Natalie Howells, Francisca Galera, Isabel Jerez, María
Ruiz, Cati Flores, Esther González, Antonia Martínez, Alicia Padilla y Silvia
Caparrós.
Los lavaderos fueron importantes en la vida social. En el caso de Los
Gallardos, población de unos 3.000 habitantes, el lavadero era un punto de encuentro
de mujeres para el trabajo y contarse sus cosas mientras los niños nos bañábamos
con el zapateo de la ropa y el jabón natural, que se hacía con tocino de cerdo
procedente de las matanzas. De ahí
el dicho popular “del cerdo se aprovecha todo”, hasta los andares,
expresión de mi vecino Ramón Carrión que desde adolescente ya era reclamado en
las casas para la matanza, convirtiéndose a lo largo del tiempo en un
cualificado profesional del montaje eléctrico.
La vida en el campo ha sido dura para las mujeres que tenían a media familia,
mayoritariamente hombres, en la emigración. Le solicité al catedrático
veratense Diego Alonso Cánovas un poema dedicado a las personas que abandonan
su tierra para llevar un pedazo de pan, y comienza: “El ojo amargo de sus años
vio cómo se transformaba el movimiento en profunda y famélica quietud. Vio cómo
el suave silbo de los aires peinaba su desértica llanura. Se rompió el
invisible y fuerte lazo que unía al hombre con su eterna tierra. Hombre y
tierra, fundidos por los siglos, extinguían ahora el pacto tácito: tú me das el
sustento y yo te cuido…”.
El acceso de las mujeres rurales al mundo del trabajo, el no depender de los
permisos del hombre para abrir una cuenta corriente o realizar determinadas
carreras universitarias en las que estuvieron vetadas, trajo en 1978 el término
techo de cristal, glass ceiling, acuñado por la consultora de ámbito laboral y
escritora americana Marylin Loden para describir los obstáculos con los que
siguen tropezando las mujeres en cargos ejecutivos.
Esther González tiene una visión global y esta convencida de que se deben exponer
las experiencias de mujeres que reclaman libertad a lo largo del tiempo. Ha
contado con el asesoramiento de María Elena Jaime de Pablos, experta en género,
impulsora de que haya voces pluralistas, profesora de la Universidad de Almería
y coordinadora del citado Congreso Internacional de Mujeres en el que este
periodista ha intervenido en anteriores ediciones con las figuras de las
periodistas pioneras como Josefina
Carabias, redactora en La Palabra de Unión Radio Madrid, en 1930,
el primer informativo de la historia de la radio y génesis de lo que son los
actuales informativos de la Cadena SER.
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