Han estado visitando a los pacientes en sus domicilios cuando todos estábamos confinados, han sido las manos que se han encargado de hacernos las PCR cuando dimos positivo, las que nos cuidaron en la habitación de un hospital cuando el coronavirus se puso rebelde y también las que sujetaron, en los peores momentos, las de quienes no pudieron tener cerca a sus seres queridos en el último momento. Los enfermeros y enfermeras, en definitiva, nos han dado a todos una lección de vida.
La situación que padecen en la actualidad estos profesionales sanitarios dista mucho de parecerse a ese reconocimiento que en justicia merecen y que esperábamos que llegara de manera inminente tras los aplausos. Sin embargo, la realidad que nos deja el Gobierno de Moreno Bonilla antes del examen con las urnas no puede ser más demoledora: en Andalucía tenemos unas de las peores ratios del país, con un número de profesionales por cada 1.000 habitantes muy por debajo de la media de España. En este tiempo, tampoco se les ha dado la estabilidad que necesitan, a pesar de que cargaron con buena parte del trabajo durante la pandemia y resultan imprescindibles en la tarea de reducir las listas de espera que el Partido Popular ha dejado crecer de manera inaceptable en nuestra provincia.
El reconocimiento del valor de la enfermería en el sistema sanitario público no ha llegado, por lo tanto, de la mano de la actual Junta de Moreno Bonilla, sino de la ciudadanía, que siempre ha encontrado un gran apoyo en estos profesionales cada vez que los ha necesitado.
En este estado de las cosas, con un gobierno de las derechas que ha estado más en el postureo y en la propaganda que en solucionar los problemas, los socialistas planteamos un Pacto Social por la Sanidad, donde la enfermería tenga el papel protagonista que merece, adecuando el modelo actual a las nuevas necesidades que va planteando la sociedad. En este sentido, crearemos dos categorías profesionales de apoyo para enfermería escolar y enfermería de enlace de centros sociosanitarios e impulsaremos que en Atención Primaria haya enfermeras pediátricas que se dediquen en exclusiva a atender a la población infantil. Enfermeros y enfermeras, auxiliares de enfermería, personal de administración, celadores, técnicos de rayos, trabajadores sociales, matronas, médicas, cirujanos… forman parte de un extraordinario sistema, como es la sanidad pública andaluza, que la derecha ha deteriorado de manera inadmisible. Hoy, quién nos lo iba a decir, está en juego un servicio público esencial al que no solo tenemos que seguir aplaudiendo a rabiar, sino apoyar y reivindicar siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario